"Esto lo hace cualquiera"
Un conocido escritor valenciano reaccionó de forma airada cuando, minutos antes de la inauguración oficial del IVAM, todavía había un viejo armario desvencijado en medio de una de las salas principales. Pronto le hicieron ver que se trataba de una obra de Antoni Tàpies, pero hasta que no leyó con sus propios ojos la cartela anexa al armario del prestigioso artista catalán no se lo creyó. De igual modo, uno de los alumnos de los talleres didácticos que organiza el museo valenciano desde 1993 inquirió una vez al profesor: "¿Por qué este armario viejo y desvencijado [Tàpies] es una obra de arte?". El libro que acaba de publicar el IVAM sobre los citados talleres recoge preguntas de esta índole -otra característica es "¿por qué este cuadro blanco sobre fondo blanco [Malévich] es arte?"- que se repiten no sólo entre los estudiantes. También los adultos se hacen las mismas preguntas o realizan comentarios similares, sarcásticos y menospreciativos del tipo: "Esto lo hace cualquiera", "¡Qué tomadura de pelo!" o "¿Por qué se ha colgado este cuadro sin acabar?". El arte contemporáneo provoca este tipo de reacciones, motivadas o no, sin que la edad suponga, en numerosas ocasiones, ninguna variable diferencial. En este sentido, quizá los adultos suelen evitar con mayor frecuencia hacer públicas sus opiniones ante la observación del armario de Tàpies o el lienzo blanco de Malévich. Según señala el profesor de Arte Julián Soriano, quien junto a Albert Esteve, dirige a los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Valencia que participan como monitores en los talleres del IVAM, coordinados por Encarna Jiménez y María Luisa Martínez, desde los medios de comunicación, la familia, la calle y todo el entorno "se transmiten una serie de estereotipos respecto a lo que es arte". El parecido con la realidad, la dificultad de realización técnica o la asunción de una determinada idea de belleza son algunas de "las concepciones del arte que no encajan con el que los jóvenes se encuentran en el museo de arte moderno", apunta Julián Soriano. Son códigos estéticos desfasados y anacrónicos, más cercanos al siglo XIX. Si los alumnos comentan que esto lo hace cualquiera es porque "están convencidos de que el arte ha de tener una dificultad técnica al alcance de unos pocos", prosigue el profesor. ¿Cómo reaccionarían los alumnos si se cambiara el modelo que asimilan como referencia y se asumieran desde el principio las motivaciones y procesos creadores de los artistas del siglo XX?, se pregunta Julián Soriano, quien afirma que precisamente ése es el cometido de los talleres didácticos. Con ellos también se abre una percepción distinta sobre los museos que combate la tan extentida idea de que éstos, como decía Adorno, "continúan siendo mausoleos", indica, por su parte, el profesor Albert Esteve. Estos comentarios, además de un ingente material documental y pedagógico, integran el libro Los talleres didácticos del IVAM, que da cuenta de los trabajos realizados sobre las exposiciones de Satie, David Smith, Picabia, Schwitters, Warhol, Hausmann o Naum Gabo.
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