El arte contemporáneo ocupa el casco antiguo de Xàbia con "Llocs Lliures"
La muestra de arte contemporáneo "Llocs Lliures", que se inauguró el pasado viernes, recoge ocho intervenciones plásticas que salpican el casco antiguo de Xàbia de sorprendentes revelaciones, guiños irreverentes y gestos de vanguardia. Decir que la exposición convierte el centro urbano de la localidad en un museo suena a tópico y no se corresponde con la realidad. No es la calle la que se transforma en museo, sino éste el que se hace espacio abierto y palpitante. "Llocs Lliures" inocula vida en un arte contemporáneo que, entre cuatro paredes y ante un público que desfila con orden fabril, muere de inanición.
Con la irrupción del arte contemporáneo en el recinto gótico del casco antiguo, la muestra persigue el objetivo de concitar polémicas, excitar la discusión y revelar que en la calle nada resulta indiferente. Tanto el transeúnte como el espectador sienten la comezón de opinar. Además, la exposición no exige conocer los códigos de las vanguardias, no participa de la endogámica liturgia del arte. Su mensaje está al alcance de todos y tan válido es el juicio apresurado como la enjundia del crítico. El arte en la calle iguala al lego y al entendido. El grup de Reüll y la concejalía de Cultura de Xàbia son los responsables de organizar una muestra que, para Antoni Prats, presidente del Institut d"Estudis Comarcals de la Marina Alta, consiste en "mirar el arte de vanguardia desde la tradición". La exposición ha removido este año algunos de sus planteamientos para contrarrestar las críticas que apuntaban un descenso de su calidad artística. De ahí que la organización haya optado por restringir el número de intervenciones seleccionadas e invitar a tres artistas de renombre que en esta edición son Soledad Sevilla, Ángeles Marco y José Miralles. En esos cambios incidió el viernes el coordinador de Llocs Lliures y presidente del Reüll, Tomás Ruiz, quien subrayó que con ellos se había conseguido subir el listón artístico de la muestra. Iras vecinales El acto de inauguración desató opiniones chocantes como la del alcalde de Xàbia, Juan Moragues. A su juicio, "mientras se critica Llocs Lliures (en pasadas ediciones, el atrevimiento de las intervenciones plásticas levantó las iras de los vecinos del casco antiguo), no se critica otra cosa". El concejal de cultura, Vicent Chorro, destacó que la iniciativa representa "un buen momento para que la gente reflexione sobre lo que es el arte de vanguardia". La sexta edición de "Llocs Lliures" escruta la realidad con ojos críticos. La intervención de José Miralles (un anuncio de venta en pleno casco antiguo) es "un monumento a la especulación"; la de Ángeles Marco (una hilera de sillas ante el Ayuntamiento) la recreación de "la voz del pueblo", y la de Noemí Trull (prendas femeninas situadas en la pared del edificio del mercado, antiguo convento) marca la continuidad entre "un lugar de clausura y un espacio de reunión" donde la mujer se ha despojado del hábito religioso y lo ha sustituido por el delantal de ama de casa.
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