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TOUR 98

El fracaso de la revuelta de Tarascón

Los corredores, liderados por Jalabert, intentaron una huelga que fue desmontada por las presiones

"Deja que los pichaflojas hagan el ridículo". Con lágrimas en los ojos, Laurent Jalabert, en perfecto castellano, puso punto final a la utopía. Se subió a la bicicleta y seguido por los últimos resistentes comenzó a pedalear hacia los esquiroles. Eran las 13.10. Durante casi dos horas mágicas, los corredores habían creído en su unidad. La revuelta de Tarascón era su grito a la pantomima en que se ha convertido el Tour, la gran carrera. Corredores en comisaría, duros interrogatorios, un director encarcelado, el anuncio por la Unión Ciclista Internacional (UCI) de pruebas médicas completas por sorpresa.Y el director del Tour, Jean Marie Leblanc, exigiendo a toda costa que el Tour debía seguir. La mayoría de los corredores no lo creían así. Piensan que es una carrera bajo sospecha, que se ha maltratado su imagen y su trabajo. Intentaron su huelga, creyeron que era posible no disputar la etapa, pero sucumbieron a su desunión, las amenazas de algunos directores, las presiones del Tour. Nada volverá a ser como antes entre ellos. Los ciclistas han insultado a los más débiles; han encontrado en Jalabert, Pantani, Leblanc, Durand, los líderes que buscaban fuera de la carrera. Perdieron su batalla. Se han sentido fuertes en su cólera. Después, muy débiles por la falta de unidad. El Tour sigue.

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Escapada simbólica de Jalabert

Jalabert asumió su papel de líder. "Sólo hablaré en presencia de mi abogado", ironiza. Nueve festinas llevan las últimas horas declarando en una comisaría de Lyón. "Ha llegado el momento en que hay que hacer algo", dice. "El Tour es un circo, pero nosotros no somos los monos". Los españoles se reúnen con Arrieta y Rodríguez (Kelme). Luc Leblanc habla con los franceses. Ullrich no se reúne con nadie. "Hay que parar", dice Rodríguez. "Que no vengan los franceses con un paro simbólico". Hay aires de revuelta.

Kilómetro 0. Más de 100 corredores sentados en el suelo. El comité de los corredores y los directores de los equipos hablan con Jean Marie Leblanc, el dueño de la carrera, y Martin Bruin, el holandés presidente del jurado. Jalabert discute acalorado con Leblanc. Hace ocho minutos que debía haber comenzado la etapa.

Los directores discuten entre ellos. Manolo Sáiz apoya a los corredores. Otros cinco directores (los demás españoles, el del TVM y el del Mercatone) también. Legeay, el del Gan, Stanga, el del Polti, Madiot, el de La Française des Jeux, lideran a los que apoyan a la organización. "Son capataces de Leblanc y de la UCI", dice un corredor.

Leblanc amenaza: "Os debéis al público, toda la organización está en marcha. Si no salís hoy, se termina el Tour aquí, y ya veremos qué pasa en 1999". Después Leblanc, en rueda de prensa, señaló con el dedo: "Sólo una minoría se oponía a correr: ONCE, Banesto, Vitalicio, el equipo de Pantani, y algunas individualidades, como Durand".

Poco después de las 12.00 Leblanc (el ciclista) informa a los corredores de que hay acuerdo: saldrá la etapa y por la noche se reunirán corredores, Tour y UCI para estudiar las reivindicaciones. La asamblea no está de acuerdo. "Así nos estamos bajando los pantalones", dice Mauri.

A las 12.20 Leblanc (el dueño) anuncia el acuerdo. Se sube a su coche y avanza. Unos cuantos corredores le siguen: la mayoría del Telekom, con Riis a la cabeza; unos cuantos del Polti, McEwen, del Rabobank. Les llueven insultos. "Vais a ganar la carrera de la categoría de imbéciles", les vocea el veterano Podenzana. Los esquiroles se paran. Se resquebraja la unidad. Conti, del Mercatone, advierte a los indecisos: "Si salimos, esto se cierra con un comunicado de prensa y el Tour continuará como si nada". Los esquiroles crecen. Algunos directores empiezan a amenazar a sus corredores con dejarles sin equipo. Los directores ganan.

12.57. Aire de derrota. Comienzan a salir ciclistas. Primero los Gan, después los Telekom (todos menos Ullrich), Rabobank, casi todos los Poltis (no está Leblanc), los Big Mat. Sigue el goteo: Ullrich por fin sale, los Cofidis, Lotto, US Postal, Mapei, Saeco. Sale Benítez con Prudencio Induráin (los primeros españoles). Induráin es recriminado por Pedro Delgado. Unos 40 permanecen fuertes, pero con la sensación de que no hay nada que hacer. "Somos una puta mierda", dice Rodríguez. Sólo quedan parados ONCE, Banesto, Kelme, algunos TVM, Mercatone, Durand, Leblanc, Sciandri y Santi Blanco. Los Kelme se van siguiendo las órdenes de Álvaro Pino. Falta sacar la bandera blanca. "Nos han bajado los pantalones", grita Blanco. Pantani discute, pero sus colegas han decidido que hay que salir. Pantani se acerca y dice: "Adelante". Un minuto después Jalabert, con ojos llorosos, coge la bicicleta. Son las 13.10. Los Banestos, los del ONCE y TVM, Durand, Leblanc... Todos se van. El Tour sigue. La atmósfera, más irrespirable que nunca. El sueño duró dos horas.

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