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Los distribudores de cine mantienen su oposición a las cuotas tras el sondeo

La encuesta del Departamento de Cultura sobre las preferencias de los catalanes a la hora de elegir la lengua en la que ver una película (véase EL PAÍS del domingo) no ha hecho modificar la postura de rechazo de los grandes distribuidores al decreto de catalanización del cine. Estos empresarios -agrupados en la Federación de Distribuidores Cinematográficos (Fedicine), que incluye las principales empresas estadounidenses- mantienen su posición contraria a la norma, porque, en su opinión, ésta limita la libertad de mercado. La industria cinematográfica de Estados Unidos es la más afectada por el decreto, que obliga a doblar al catalán la mitad de las copias de los filmes taquilleros. José Antonio Rodríguez Vispo, secretario general de Fedicine, dijo ayer a este diario que el principal problema es "la obligación" que establece el decreto para la industria, lo que plantea un "conflicto de competencias, entre la política y la economía". Ni siquiera el último borrador de la norma -en el que Cultura ha introducido algunas alegaciones del sector, como ayudas al doblaje, publicidad y subtitulación- satisface a Fedicine. "Las ayudas no sirven", aseguró Rodríguez Vispo, "porque no se puede obligar y a la vez ayudar, eso no es muy coherente". La federación opina que lo lógico es continuar con la libertad de mercado y que el Gobierno de la Generalitat dé ayudas a las empresas que doblen o subtitulen al catalán. "Las subvenciones deben darlas a quien las quiera, a las empresas que se acojan a ellas", afirmó el portavoz de Fedicine. "Si una norma es beneficiosa", abundó Rodríguez Vispo en la misma línea, "debería ser obligatoria y punto; no hacen falta ayudas para su cumplimiento". Oferta por zonas En cuanto a la encuesta del Departamento de Cultura, el secretario general de Fedicine señaló que los resultados "se tendrán en cuenta", si bien, matizó, "los datos siempre se pueden interpretar de muchas maneras". La federación analizará la información que incluye el sondeo, pero no para reconsiderar su posición respecto al decreto, sino para conocer mejor las preferencias de los espectadores y actuar en función de ellas. "Lo lógico es que si hay zonas donde el catalán se impone claramente, las compañías incluyan oferta en esa lengua", aventuró Rodríguez Vispo. El sondeo de la Generalitat indica, por ejemplo, que el 35,4% de los ciudadanos de Cataluña prefieren ver cine sólo en catalán; el 24,9%, en castellano; al 33,2% les da lo mismo, y el 6,5% únicamente quiere ver películas en castellano. Fedicine, que seguirá manteniendo conversaciones con el Departamento de Cultura para llegar a un acuerdo, no aconsejará a sus asociados que distribuyan menos copias de los filmes para sortear la norma, pero insistirá ante los responsables de la Generalitat en que el decreto perjudica al mercado.

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