La oleada de fuegos forestales obliga a pedir ayuda aérea al Gobierno central y a Francia

Una oleada de incendios, entre ellos los dos que ayer ya habían quemado unas 3.000 hectáreas en las cercanías de Cardona y Aguilar de Segarra (Bages) y que a última hora de la tarde permanecían totalmente descontrolados, han obligado al Departamento de Gobernación de la Generalitat a decretar la alerta máxima. Tanto es así que el consejero de Gobernación, el convergente Xavier Pomés, solicitó ayer al Gobierno central y a la Adminisstración francesa que enviaran medios aéreos para combatir la virulencia de los dos fuegos forestales que arrasan los bosques del Bages.

Xavier Pomés solicitó a la Administración central que enviara uno de los hidroaviones estacionados en la base aérea de Zaragoza y otro de los pesados y eficaces hidros estacionados en la base aérea de Manises (Valencia). Estos dos aparatos se incorporaron ayer mismo por la tarde a las tareas de extinción de los dos fuegos que asuelan la comarca del Bages desde el pasado sábado. El consejero Pomés, a través de la delegada del Gobierno en Catalunya, Julia García-Valdecasas, pidió ayuda a Francia. Se espera que tres hidroaviones franceses -por la noche los medios aéreos no vuelan, por cuestiones de seguridad- puedan trasladarse hoy a las zonas de fuego y sumarse a la lucha para apagar los virulentos incendios que calcinan una parte de la comarca del Bages y que ya empiezan a constituir una seria amenaza para los bosque de la vecina comarca del Solsonès. Efectivos humanos Los incendios del Bages concentran la inmensa mayoría de los efectivos humanos y materiales con los que cuentan los Bomberos de la Generalitat. En total, un centenar de vehículos de los bomberos, unas 100 cubas de agua de las Agrupaciones de Defensa Forestal, patrullas de los Mossos d"Esquadra, de la Guardia Civil y voluntarios -unas 1.000 personas en total- permanecieron toda la noche de ayer luchando denonadamente contra los incendios. La virulencia de los mismos, hizo que ayer la Administración catalana lanzara avisos por radio pidiendo voluntarios para colaborar en las tareas de extinción del fuego. Estos voluntarios tienen que presentarse ante los ayuntamientos para ser encuadrados. Los fuegos de Cardona y Aguilar de Segarra, separados el uno del otro unos 40 kilómetros, constituirán un serio peligro en caso de fusión de los dos frentes. Ayer a última hora de la tarde, el temor de los rectores de los Bomberos de la Generalitat y del Departamento de Gobernación era precisamente que se produjera esta fatal unión. Los incendios de este fin de semana recuerdan a las gentes del Bages los trágicos y atroces fuegos que asolaron el Bages y el Berguedà en julio de 1994. Aquellos incendios se llevaron por delante la vida de siete personas, calcinaron 65.000 hectáreas de bosques y quemaron masías y cultivos. Las previsiones del Departamento de Gobernación son poco optimistas. Las altas temperaturas que, como en toda España, se registraron ayer en Cataluña no contribuyeron a facilitar las labores de extinción ni a bajar la virulencia del fuego. Todo parece indicar que hoy los termómetros seguirán batiendo récords y que las condiciones atmosféricas continuarán jugando claramente en contra de los bomberos, profesionales y voluntarios, y personas de los pueblos amenazados por los incendios. Las condiciones atmosféricas y meteorológicas que vive Cataluña son también semejantes a las registradas en julio de 1994. Las temperaturas rondaron ayer los 38 grados, La humedad en las áreas del incendio era de entre el 20% y el 30%. La alta temperatura y la baja humedad ambiental son elementos perfectos para que se propaguen sin control los incendios. PASA A LA PÁGINA 3