Amenábar afirma que "el cine de Hollywood hace mucho que dejó de entretener"

"Lo menos que se le puede pedir al cine de Hollywood, quizá lo único, es que, al menos, entretenga y hace mucho que no lo hace; por eso el éxito de Titanic; pero salvo ésta, la mayoría de las películas americanas son comerciales sólo por las campañas de promoción, no por su capacidad de entetener". Con estas palabras el director español Alejandro Amenábar explicó ayer en Ronda, durante el coloquio de una conferencia en la Media Bussines School, donde acudió para explicar las claves del rodaje de Abre los ojos, su relación preventiva ante la industria de Hollywood. "En Estados Unidos no hay cine independiente, hasta un Festival como el de Sundance se ha convertido en un lugar donde las productoras fichan jóvenes talentos; me preguntan si saltaré al mercado americano y yo digo que para que hagan contigo lo que con otros directores latinos, o te pongan a hacer remakes, mejor no; si es para rodar Seven o El silencio de los corderos, encantado", aseguró. Amenábar, que ha vendido los derechos de Tesis y Abre los ojos, respectivamente, a Jim Sheridan (realizador de En el nombre del padre) y al actor Tom Cruise, dijo que "todo cine que no sea americano ya es independiente; las dificultades económicas y técnicas de rodar en Europa con respecto a Hollywood son notorias, pero se compensan con mucha más libertad a la hora de contar: en EE UU se muestra todo, se enseña todo con efectos especiales". Expresó el joven realizador -quien ha iniciado los preparativos de otra película "de terror", de nuevo producida por José Luis Cuerda, pero de la que no quiso precisar detalles- su malestar por la manipulación sufrida en el soundtrack de Abre los ojos en su doblaje al italiano, y aseguró que a partir de ahora controlará más los doblajes de sus películas a otros idiomas. Homenaje a "Vértigo" Durante la conferencia, Amenábar destripó secuencia a secuencia Abre los ojos, a la que calificó como un homenaje a Vértigo, de Hitchcock, pero "contado al revés". Reveló cómo se situó en muchas ocasiones "al borde del ridículo", sobre todo en las escenas donde el protagonista encarnado por Eduardo Noriega ve cómo su amada (Penélope Cruz / Najwa Nimri) cambia de fisonomía de una actriz a otra. Reconoció coincidencias numerosas con su película en otras como The Game o Carreteras perdidas. "Será que estamos todos obsesionados con las conspiraciones de final de milenio", dijo y auguró un futuro dominado por la manipulación genética y la realidad virtual, un futuro donde la ciencia sustituirá a la religión y las mutaciones serán una realidad constante. "Los temas que me interesaban en Abre los ojos tratan sobre la capacidad de la ciencia para modificar nuestra propia naturaleza y para crear mundos paralelos". En ese sentido, aludió al título de su segundo largometraje. "Es una llamada al espectador para reflexione sobre el mundo que se nos viene encima", señaló. El director reveló cómo el entramado de Abre los ojos respondía a un intento de resolver secuencias tópicas de una forma inesperada, ya sea por la planificación, por la duración de éstas, por la estructura en flash-back del filme, por la manera de presentar a los personajes o por las elipsis continuas a las que somete a la narración.