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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Educación, educación

La tercera vía, entre el neoliberalismo y la socialdemocracia clásica, que propugna Tony Blair empieza a tener una traducción práctica. El plan presupuestario trianual presentado esta semana por el canciller del Exchequer, Gordon Brown, alma del nuevo laborismo, supone unas nuevas prioridades en el crecimiento del gasto público, a saber: la educación, la sanidad, la lucha contra el crimen y los transportes. "Educación, educación y educación", prometió Blair con el convencimiento de que ésta es la acción pública que más contribuye a equilibrar las oportunidades. Y, en efecto, en estas proyecciones a tres años, es el gasto público en educación el que más crece: un 5,1% en términos reales.El énfasis en la Sanidad responde a "la compasión puesta en práctica", según la definición de los laboristas. Junto a ello, se mejoran algunas prestaciones de los pensionistas. Para compensar estos mayores gastos, disminuyen los de Defensa (1,4% al año), y se pretende potenciar los programas en los que el sector privado y el público vayan de la mano, como los relativos a transportes. La filosofía básica es la de mejorar los servicios públicos y crear una "infraestructura de la oportunidad", antes que redistribuir riqueza a través de los seguros sociales. No obstante, el nuevo laborismo está admitiendo ya un cierto fracaso en el control de los gastos de la seguridad social.

El objetivo de la revisión en profundidad de los presupuestos y de las perspectivas trianuales (que llevan hasta las próximas elecciones generales), no es sólo mejorar el planteamiento de los ministerios y autoridades locales, sino también fijar metas, que se harán públicas, para los servicios, en cantidad y calidad. Sólo si se cumplen estos baremos se comprometerán otros incrementos presupuestarios. Asimismo, se otorga una mayor autonomía a cada ministerio y entidad pública para distribuir internamente las partidas que se les asignan. El pacto básico que ha ofrecido Brown es el de una mayor inversión pública a cambio de modernización y reformas.

Se acaba, pues, con la cantinela ideológica de que el nuevo laborismo es una especie de thatcherismo disfrazado de humanismo. Por el contrario, con esta perspectiva trianual, Brown pone el gasto social y la política pública en el centro de su acción, junto a la iniciativa privada. Blair ha explicado esta semana al candidato socialista a la presidencia española, José Borrell, que la tercera vía significa también moderación en las formas como método dialéctico para lograr objetivos radicales, entre los que destaca ofrecer más oportunidades a quienes tienen posibilidades de salir adelante y no están en la pura necesidad. Aunque no sean trasladables de modo mecánico a España las recetas del nuevo laborismo, tienen mucho interés para nuestro país, necesitado de un gran esfuerzo en educación. Sin embargo, la tercera vía de Blair es, en su esencia, de aplicación primordialmente británica, pues supone un método para corregir los efectos desestructuradores de la sociedad y de creación de una desigualdad social máxima que produjo el thatcherismo, alejándose al mismo tiempo del viejo laborismo estatalista.

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