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Los expropiados de la M-40 llevan sus protestas al pleno de Pozuelo

El alcalde de Pozuelo de Alarcón, José Martín Crespo (PP), suspendió ayer el pleno y ordenó el desalojo del salón municipal ante la protesta llevada a cabo por los afectados por la expropiación, hace ocho años, de los terrenos sobre los que discurren la M-40 y el Eje Pinar a su paso por esta localidad.Con una mordaza en la boca y la exhibición de varias pancartas durante la celebración de la sesión ordinaria, unas 50 personas, en representación del centenar de familias expropiadas, reclamaron así al alcalde el cumplimiento del acuerdo por el que accedieron a enterrar 450.000 metros cuadrados de su propiedad bajo el asfalto de ambas carreteras.

"Entonces, para que se pudieran ejecutar con rapidez la M-40 y el Eje Pinar, accedimos a que, en lugar de que se nos pagara la expropiación en dinero, para que se lo ahorrase la gente, nos iban a pagar en aprovechamientos urbanísticos, en edificabilidad en otros terrenos de nuestra propiedad", explicó el portavoz de los afectados, Javier Rodríguez.

"Han pasado ocho años y ya estamos indignados porque todavía no se ha cumplido ese acuerdo firmado por el alcalde, que es la única persona que tiene la llave para viabilizar ese convenio, puesto que todo", agregó el portavoz, "está condicionado a la aprobación del nuevo Plan General que sustituirá al vigente, que data de 1974".

Ayer por la mañana, los concentrados reclamaban al menos una entrevista en el despacho del alcalde para que les diesen alguna explicación. "No nos ha querido recibir nunca a pesar de las reiteradas solicitudes de entrevista que hemos realizado, por eso nos hemos puesto la mordaza simbólica en la boca", dijo el portavoz.

Pancartas

Eso, unido a la exhibición de las pancartas, les valió, sin embargo, la primera de las tres llamadas al orden que hizo el regidor, entre los insultos de los presentes hacia su persona, antes de reclamar la presencia de la Policía Local para que les desalojara."Hay un regla de oro en la democracia: los señores concejales tienen todo el derecho a hacer un debate sereno sobre todos los temas sin interferencias de este calibre y estos señores no tienen ningún derecho a impedir la celebración del pleno, como han hecho, por eso he ordenado el desalojo", explicó el alcalde.

"Mentiroso", "caradura", "esta alcaldía es una vergüenza" y "lástima de votos que le dimos a usted" fueron sólo algunas de las cosas que tuvo que escuchar el alcalde de boca de los concentrados, mientras cuatro agentes intentaban convencerlos de que abandonaran el salón plenario. No obstante, los argumentos de la policía no fueron suficientes y finalmente fue el propio alcalde quien abandonó su sillón para dirigirse a las butacas reservadas al público e instar a los presentes a dejar su asiento. Tras algunos enfrentamientos verbales, los representantes de los expropiados accedieron a salir del salón.

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