Seguimiento masivo de la huelga de Mohn, empresa de autobuses que comunica poblaciones del Baix Llobregat
Los 120 trabajadores de la empresa de autobuses Mohn, SL, que conecta varias poblaciones del Baix Llobregat entre sí y con Barcelona, secundaron ayer de forma masiva la primera jornada de la huelga convocada por UGT y CC OO para protestar por el bloqueo en la negociación del convenio colectivo después de que la dirección rechazara una mejora salarial. El cumplimiento de los servicios mínimos no evitó que numerosos usuarios se vieran afectados por el conflicto. Esta incidencia podría aumentar hoy si los sindicatos llevan a cabo su amenaza de no cumplir los servicios mínimos por considerarlos "excesivos". La huelga también ha sido convocada para mañana y para los días 21, 22 y 23 de julio. El principal punto de discrepancia entre las partes es el aumento salarial. Mientras que el comité de empresa plantea que se establezca un incremento de entre el 2,5% y el 2,7%, tal como ha firmado el sector del transporte público por carretera, la dirección de Mohn ofrece el 2,2%. El comité de empresa también reclama que el incremento salarial incluya las pagas extraordinarias, de manera que se equiparen al salario real. Un delegado sindical explicó ayer que esta diferencia de salario se sitúa ahora en 17.000 pesetas. El desarrollo y la aplicación de la ley de prevención de riesgos y diversas cláusulas en política de empleo constituyen otros puntos de desacuerdo. La dirección de Mohn ha establecido unos servicios mínimos del 50% de los autobuses en horas punta -entre las 5.00 y las 8.30 horas y entre las 18.00 y las 20.30 horas- y del 25% durante el resto del día. Los sindicatos consideran excesivos estos servicios y recuerdan que en algunas franjas suponen el 70% del servicio habitual. En el primer día de huelga el cumplimiento de los servicios mínimos evitó que el conflicto laboral se transformara en conflicto ciudadano. Las paradas de los amarillos, tal y como se conocen popularmente los servicios de Mohn, estaban ayer más concurridas de lo habitual, especialmente en Viladecans, localidad en la que la única alternativa de transporte público es la estación de Renfe, alejada del núcleo urbano. Otras poblaciones afectadas fueron Castelldefels, Gavà, Sant Boi, Cornellà y L"Hospitalet, además del servicio nocturno en Sant Feliu de Llobregat y Sant Joan Despí. Algunos usuarios expresaron sus quejas: "Al final acabamos nosotros pagando los platos rotos". Otros, en cambio, se mostraban comprensivos con la medida de fuerza que supone la huelga.
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