Brasil se queda mudo

Los brasileños quedaron con cara de esfinge. Aturdidos por la derrota, no podían creer lo que veían sus ojos clavados en el televisor. ¡Tres a cero, tres a cero, tres a cero!, repetía con el rostro desencajado un hincha con una camiseta de su selección y el nombre de Ronaldo. Tras el pitido final, los numerosos seguidores que abarrotaban el popular café de Río de Janeiro A Garota de Ipanema apenas mascullaban una palabra. Los más enfurecidos descargaban su malhumor contra quienes dos horas antes eran tratados como héroes nacionales. "Ronaldinho, eres una mierda", "Junior Baiano no ha hecho nada", "este imbécil de seleccionador".En un mal presagio el día amaneció gris y lluvioso en Río, donde todo y todos estaban preparados para la gran fiesta del penta (la quinta Copa del Mundo) en la playa de Copacabana. Los organizadores esperaban reunir a dos millones de personas en una celebración sólo comparable con el carnaval. Las expectativas empezaron a esfumarse cuando transcurridos 26 minutos del partido Zidane marcó el primer gol de Francia. La ciudad enmudeció. Y empezó el calvario. Después llegó el segundo gol. Empezó la segunda parte y la presencia de Denilson elevó los ánimos. "Ahora verán estos franceses". Pasaban los minutos y la depresión planeaba de nuevo. Se cumplía el minuto 90. Y llegó la puntilla. Petit puso el 3-0.

No hubo fiesta en Río. Porque como reconoció O Rei Pelé, "Francia fue mejor y el pueblo brasileño tiene que respetar al ganador". Romario admitió que los brasileños no esperaban la derrota: "Ahora debemos ponernos a trabajar de nuevo". Una inmensa pancarta en la playa de Copacabana decía: "Hasta el 2002".