Una mujer muere arrojada por su pareja desde un sexto piso
Una joven de 24 años falleció ayer, a las 3.50 horas, tras ser arrojada por su compañero sentimental desde el balcón de la vivienda que ocupaban en la barriada de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería). A pesar de la brutal caída que sufrió A. L. T., al ser lanzada desde un sexto piso del edificio Torregranada, la víctima agonizó varios minutos en el suelo antes de fallecer.
Un vecino de la zona encontró de madrugada a A. L. T en un solar colindante con el inmueble. La mujer, moribunda, había sido arrojada poco antes por su compañero sentimental desde el balcón de la vivienda que compartían.L. E., el compañero sentimental de la víctima, fue detenido poco después en el interior del domicilio que fue escenario de la tragedia como principal sospechoso de un delito de asesinato. Sobre el supuesto autor del crimen, de 31 años, pesaba una orden de búsqueda y ya había sido detenido con anterioridad cuatro veces. Este suceso viene a avivar la polémica sobre la prevención de los malos tratos sufridos por la mujer en el hogar. Precisamente ayer, el Colegio de Abogados de Madrid celebró una jornada sobre Violencia Familiar, en la que una de las conclusiones fue la petición a los jueces para que tengan más sensibilidad y una mayor rapidez en la resolución de los casos de violencia en el hogar, especialmente en los relativos a las. Durante esta jornada se destacó el aumento del maltrato que sufren las mujeres en el hogar familiar.
La abogada Rosario Carracedo manifestó que había que hacer "una reflexión para corregir las deficiencias en el Código Penal en relación a la violencia en las mujeres" ya que no tienen una suficiente protección, sobre todo, cuando se produce la ruptura con su pareja. Asimismo, criticó que "el interés por la violencia por parte de los cargos públicos es más testimonial que real" y que se necesitaría una "posición más activa" para la resolución de estos casos.
La letrada Begoña González Martín señaló que había que diferenciar en esta violencia, las lesiones físicas, cuyo castigo es de tres a seis fines de semanas o una multa de una a dos meses, y los maltratos psíquicos, cuyo castigo es de uno a tres fines de semana o de diez a treinta días de multa. El problema radica en probar los malos tratos porque "hay lesiones como empujones o golpes sin hematomas que como no se aprecian en el cuerpo, los jueces no dan credibilidad a la mujer".
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