Almeida pregunta en el Congreso sobre el preso que se prendió fuego

La diputada Cristina Almeida registró ayer en el Congreso cinco preguntas, dirigidas al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, en relación con un preso de Valdemoro que se prendió fuego en su celda tras intentar infructuosamente que los funcionarios le llevasen a la enfermería. El interno se había tragado una pila y un cortaúñas (véase EL PAÍS de ayer).Almeida, diputada de Nueva Izquierda, hoy en las filas del Grupo Mixto, exige al ministro que explique "por qué el interno no fue trasladado a la enfermería cuando lo solicitó" a los funcionarios, y "cuál era la causa de su reclusión en una celda de aislamiento". Además, reclama a Mayor Oreja, como máximo responsable de las cárceles españolas, que aclare "las medidas de vigilancia que se han adoptado para evitar comportamientos autolesionantes o, incluso, suicidas, en las celdas de aislamiento" de las prisiones.

El interno, cuyas iniciales son J. M. C., se halla en estado grave en la unidad de quemados del hospital de Getafe. Se prendió fuego el pasado 25 de junio, tras pedir por escrito a los funcionarios que le llevasen a la enfermería porque se había tragado una pila y un cortaúñas en protesta por su situación de aislamiento.

A J.M.C. se le había aplicado el artículo 75, un precepto cuya finalidad es preservar la integridad física de los internos frente a agresiones de sus compañeros. Según el Defensor del Pueblo, en algunas cárceles este artículo ha sido utilizado con fines distintos a los previstos legalmente. Estar aislado significa disfrutar de menos horas de patio y no tener contacto con los compañeros.

El titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Madrid, Francisco Racionero, del que depende la prisión de máxima seguridad de Valdemoro, ha abierto una investigación para aclarar lo ocurrido. Desde su ingreso en el hospital de Getafe, la evolución clínica del preso ha sido positiva, si bien su estado sigue siendo de gravedad. Presenta quemaduras en casi todo el cuerpo. Las infecciones posteriores constituyen el principal riesgo de estas lesiones.