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La policía detiene a un clan familiar que producía pastillas de 'éxtasis' al por mayor

La policía ha desmantelado el negocio de un clan familiar integrado por ocho personas que se dedicaban a la fabricación y distribución de pastillas de éxtasis. La policía requisó casi 2.000 unidades de esta droga de diseño y material suficiente para fabricar otras 11.000 tabletas.El grupo de funcionarios de la comisaría de Chamartín, responsable de la operación, también intervino la máquina que fabricaba las pastillas, un viejo artefacto de varias toneladas de peso con capacidad para producir cerca de 20.000 tabletas de droga cada hora.

Los traficantes detenidos blanqueaban el dinero generado por el negocio familiar a través de tres sociedades. Los detenidos son el cabeza de familia, Gabriel G.M., de 52 años y su mujer, de 45, junto a dos hijos de 28 y 24 años, dos hijas de 24 y 22 y sus respectivos cónyuges.

Las detenciones llegaron después de una laboriosa investigación que se extendió a lo largo de tres meses. Según se deduce de las pesquisas policiales, el cabecilla del grupo era el padre de familia. La distribución a gran escala de la droga corría a cargo de uno de los hijos, que repartía en cada operación entre 10.000 y 15.000 pastillas. La fabricación de estas píldoras se hacía por encargo, y su principal mercado eran jóvenes asiduos al consumo de droga de fin de semana.

La familia detenida llevaba un elevado nivel de vida. Entre sus pertenencias, según la policía, destacan nueve vehículos de lujo y otras tantas mansiones y chalés en distintos puntos de la región y en Toledo. PASA A LA PÁGINA 4

La máquina del 'éxtasis' producía hasta 20.000 pastillas por hora

VIENE DE LA PÁGINA 1El lujo, el dinero, los coches y las mansiones eran algo habitual en el entorno familiar del clan. Y toda esta abundancia era posible gracias a un negocio muy particular: una ruidosa y vieja máquina que producía casi 20.000 pastillas de éxtasis a la hora y que les generaba un beneficio económico considerable, a juzgar por su alto nivel de vida, que incluía chalés, pisos y naves.

El negocio de la droga no era desconocido para los detenidos. De hecho, según la policía, algún que otro miembro de la familia ya se había dedicado con anterioridad al tráfico de cocaína y heroína. Pero, dada la creciente demanda del éxtasis, decidieron dedicarse a la fabricación y distribución de esta droga. Toda su actividad estaba perfectamente controlada. Una vez habían recibido el encargo, un hijo distribuía las pastillas, siempre al por mayor y nunca por debajo de las 10.000 unidades. Posteriormente, la familia blanqueaba el dinero a través de tres sociedades. Y todo con extraordinario sigilo y alguna que otra medida de seguridad.

Pero lo que no sabían es que la policía les seguía la pista desde abril, cuando descubrió la venta de éxtasis en determinados locales de Chamartín. Una acción simultánea desarrollada por la policía el pasado viernes en Getafe y en la carretera de San Martín de la Vega hizo el resto. Tres de los detenidos cuentan con numerosos antecedentes delictivos, entre los que se cuentan tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, robo con fuerza, estafa y uso de identidad falsa.

La investigación, tal y como explicó ayer el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, continúa abierta. Ahora debe aclararse, entre otros asuntos, de dónde salió la máquina y qué inversiones han sido realizadas. Morgades destacó el punto de inflexión que ha supuesto el año 1998 para la droga en la región.

El delegado para el Plan Nacional de Drogas, Gonzalo Robles, insistió en el creciente consumo de las drogas sintéticas entre algunos jóvenes durante los fines de semana. Robles también destacó el incremento de las operaciones contra el narcotráfico.

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