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FRANCIA 98

"Sólo nos falta uno"

Zagalo aplaza la celebración y Hiddink dice que sale con la cabeza muy alta

Àngels Piñol

Cocu y Ronald de Boer, consolándose mutuamente tras fallar los penaltis; Zenden, sentado en el césped; Van der Sar, aplaudiendo a la afición. Holanda se resistía ayer a abandonar el estadio de Marsella. Se quedó, una vez más, a un paso de la gloria. A un paso de llegar a la final como 20 años atrás. El mazazo fue descomunal. La suerte volvía a darles la espalda. "Tengo el vestuario roto. Y debo levantarlo de cara al partido de consolación. Estoy orgulloso de mis jugadores", dijo Guus Hiddink, seleccionador holandés. Sin el menor asomo de euforia, con un semblante muy grave, Zagalo no quiso hablar de fiestas anticipadas: "Sólo festejaremos el último partido. Y nos falta uno".Fue el primero en comparacer ante los micrófonos. Contestó tres preguntas en portugués y se marchó. No esperó ni la traducción ni aceptó ni una sola pregunta. "La gente puede estar celebrando y disfrutando", dijo el técnico. "Pero nosotros estamos aquí", dijo en alusión a que el trabajo aún no está hecho. Zagalo no tuvo el menor inconveniente en reconocer que Holanda jugó mejor que Brasil. "Lo que ocurrió es que no supieron concretar las ocasiones. Y nosotros tuvimos corazón y voluntad. Cada jugador defendió el balón y su posición. La prórroga fue un vaivén constante: pudo ganar cualquiera". Zagalo afirmó que fue clave la elección de los jugadores que lanzaron los penaltis y elogió a Taffarel, un hombre cuestionado en su país. "Estuvo muy bien al detener dos lanzamientos, especialmente por que había sido muy criticado. Pero todos queremos ganar porque representamos a un país".

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Triste, muy serio, Hiddink lamentó la suerte final de los penaltis. "Pero eso es una lotería. De todas formas, yo estoy muy orgulloso de mi equipo. Hemos conseguido imponer nuestro estilo y filosofía en el Mundial. Arrinconar a un campeón del mundo como Brasil es algo grande. Brasil no ha podido imponer su calidad porque no la hemos dejado nosotros", dijo el entrenador. Hiddink lamentó la escasa fortuna ante puerta y el fallo de concentración en el gol de Ronaldo. No quiso buscar excusas con las ausencias de Overmars, Bogarde y Numan. "Sus sustitutos lo han hecho perfectamente bien. Todos están capacitados para jugar", añadió. Y se fue sin olvidar un reproche: el penalti que vio sobre Van Hooijdonk: "Es una pena que las semifinales estén dirigidas por árbitros de esa categoría y que no están habituados a la alta competición en su país". El colegiado de ayer era de los Emiratos Arabes.

Casi se fueron sin hablar. Sin ganas de hacer el menor comentario, los jugadores holandeses desfilaron cabizbajos hacia el autocar. "Es una pena. Pero tenemos que sacar fuerzas para el último partido", dijo Reiziger, que tuvo que ser sustituido con el hombro dislocado. "No pude disputar este partido porque me querían para la final. Me he llevado una gran decepción", admitió Overmars. "Fue la final anticipada. Ha sido una verdadera lástima", remachó Cocu, visiblemente roto tras haber fallado el primer penalti de Holanda.

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