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Los testigos se contradicen sobre la muerte del joven de Valdelagrana

,El juicio por el caso Fosati, sobre la actuación de dos policías nacionales, Andrés y Manuel Pavón Medina, en la muerte de un joven de 16 años por disparos en Valdelagrana, cobró ayer una nueva dimensión con el testimonio de más de una decena de testigos. Las explicaciones de los declarantes suscitó en algunas ocasiones la sorpresa o la confusión de las partes, y en otras puso en entredicho la versión ofrecida por los dos acusados sobre los hechos ocurridos el 2 de junio del pasado año. Los tres jóvenes que acompañaban esa noche a Jesús Fosati en el vehículo robado ofrecieron declaraciones difusas y contradictorias con los testimonios aportados durante la instrucción del caso. Oliver R.R., de 16 años; Raúl C.R., 19; y Jorge R.B, 18, prestaron declaración en la sección 5ª después de que la Policia Judicial los condujese a la Audiencia Provincial, a la que no se habían personado pese a estar citados por el presidente del Tribunal. Las contradicciones comenzaron con el testimonio de los dos policías de un radio patrulla que escucharon dos llamadas casi simultáneas de los acusados, en las que se informaba de los hechos y posteriormente se pedía el auxilio de una ambulancia para socorrer a la joven víctima. Estas explicaciones no coinciden con la de los hermanos Pavón, que aseguraron que pidieron ayuda cuando contemplaron a Jesús Fosati agonizando en el interior del vehículo minutos después de los disparos. Casquillos El Ministerio Fiscal y las acusaciones particular y popular hicieron además especial hincapié en la declaración de tres vecinos que encontraron los casquillos de las balas en un lugar diferente a donde los acusados efectuaron los disparos, así como en el hecho de que el vehículo fuese inicialmente retirado por la grúa sin causa aparente, para ser devuelto más tarde al mismo lugar donde fue abandonado. El abogado defensor, José Velasco Poyatos, vio respaldada su versión de que los agentes desempeñaban sus funciones rodeados de una gran tensión motivada por órdenes e instrucciones expresas de la Dirección General de la Policía Nacional ante la posibilidad de que se perpetrase algún atentado terrorrista. El inspector jefe de la Brigada Operativa y el jefe del grupo de seguridad ciudadana, ambos de la comisaria de El Puerto, atestiguaron la existencia de una circular interna para que los policías extremasen las precauciones con la llegada del período estival. Los jefes policiales desvelaron además que los cuerpos de seguridad del Estado tienen señalada a la urbanización de Valdelagrana, zona turística por excelencia de El Puerto de Santa María, como lugar potencial de asentamiento de grupos delictivos. Estas declaraciones causaron la sorpresa de la acusación particular y popular que defendieron que este lugar se caracteriza por su escasa conflictividad.

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