50.000 pasajeros sufren retrasos en Barajas en el primer día de la "Operación Salida"
Unos 50.000 viajeros sufrieron ayer retrasos de más de media hora en las salidas de sus vuelos del aeropuerto de Barajas, en el primer día de la llamada Operación Salida de las vacaciones veraniegas. 4.000 usuarios ni siquiera pudieron viajar, ya que sus vuelos, 26, fueron cancelados.Según la información facilitada por AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) a las 21.00 horas, de los 614 vuelos programados hasta ese momento (estaban previstos 800 a lo largo de las 24 horas) 300, con un pasaje de entre 150 y 200 personas, sufrían retrasos superiores a la media hora. El 1 de julio del pasado año, 22.800 viajeros sufrieron retrasos en 201 vuelos.
La compañía más afectada fue Iberia, que, con 319 vuelos hasta las 21.00 horas, copó más de la mitad de las operaciones de Barajas. Su índice de puntualidad fue del 38%. En el resto de compañías ese porcentaje subió al 65%. Se considera puntual cualquier aeronave que sale con menos de media hora de retraso.
A los problemas sufridos por el aeropuerto en los últimos días por la implantación de un nuevo sistema informático de control aéreo y por el traslado de las instalaciones de distribución de equipajes se unió ayer la climatología. El cambio en la orientación del viento (sopló con componente sur) obligó a modificar el sentido de las pistas durante 18 horas, lo que redujo de 50 a 44 el número de operaciones a la hora. AENA achacó a esta causa los retrasos. Iberia replicó que la causa de las demoras no se debía tanto al viento como a la reciente modificación del sistema informático de control. AENA había dado por concluidas el lunes las pruebas del nuevo sistema.
La demora media que sufrieron los clientes de Iberia fue de 63 minutos, frente a los 32 del resto de aerolíneas. Iberia aguanta más retrasos y perjuicios que sus competidores porque, según la compañía, el colapsado Barajas es su aeródromo de referencia. La mayoría de sus aviones tiene que pasar una vez al día por él.
El sindicato de pilotos niega que los retrasos se deban a una huelga de celo encubierta
Sólo a las 18.40 de ayer el viento cambió de dirección. Volvió a ser de componente norte. Los responsables del aeropuerto modificaron de nuevo el sentido de las operaciones. Se pudieron recuperar así los 50 movimientos a la hora, la capacidad máxima del aeropuerto madrileño. Pero ya era tarde. El desbarajuste se había extendido. Los horarios no coincidían. Muchos aviones habían perdido a esa hora sus permisos de vuelo.El sindicato de pilotos (Sepla) negó ayer que los retrasos en las operaciones de Barajas se deban a la existencia de una huelga de celo, tal y como denunciaron el martes a EL PAÍS fuentes aeroportuarias. Un portavoz sindical señaló que esas afirmaciones eran "simples rumores". No obstante, dejó claro que "el colectivo de pilotos muestra su malestar por la política de hechos consumados de Iberia". La compañía, según el Sepla, no ha cumplido los acuerdos negociados entre ambas partes durante las últimas semanas.
Para complicar más las cosas, los retrasos y cancelaciones de vuelos volvieron a provocar problemas en la distribución de los equipajes, como ocurrió el pasado fin de semana, cuando 15.000 valijas se quedaron en tierra. No obstante, el sistema de selección de las maletas no se colapsó.
Según manifestó ayer un portavoz de Iberia Handling, compañía que gestiona la selección y recogida del 70% de los equipajes que pasan por el aeropuerto de Barajas, se registró una demora media de 30 minutos en la entrega de las maletas a los viajeros.Este mismo portavoz reconoció que no descartaba que durante la noche los problemas en la entrega de equipajes se pudieran agudizar. "Así empezó el caos del fin de semana", explicó.
Ayer, los teléfonos del departamento de reclamación de equipajes del aeropuerto de Barajas comunicaron durante toda la mañana, tarde y primeras horas de la noche. No obstante, fueron numerosos los pasajeros que denunciaron que las demoras en la entrega de sus maletas superaban la media hora de retraso que reconocía Iberia. Este periódico contactó con algunos afectados que aseguraron que llevaban 24 horas esperando que se les entregasen los deseados equipajes. Inés Garza, una argentina cuyo vuelo de conexión hacia Brasil había sido cancelado, llevaba un día esperando su equipaje. "Durante más de cuatro horas unas doscientas personas estuvimos deambulando por el aeropuerto sin que nadie nos diese una explicación. Además, nos han perdido las maletas. Nunca había vivido una cosa así"
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