El PSOE descarta cambios ahora en la dirección del partido en Madrid

Joaquín Leguina aún seguía ayer muy enfadado. Personalmente, por su derrota; políticamente, porque cree que "algo huele a podrido" en las primarias de Madrid. Tras el cruce de duras acusaciones de los últimos días, donde puso en duda la neutralidad de José Borrell, ayer apareció en la ejecutiva con un escrito titulado Así perdí las primarias. Antes de leerlo íntegro a sus compañeros lo suministró a la prensa. En ese documento atacaba a Fernando Morán "por no respetar las normas de las primarias", al "gurú" de los Renovadores por la Base por la traición, y al entorno de Borrell.Leguina escuchó luego en la ejecutiva las explicaciones "enfáticas" de Borrell negando su influencia en esa campaña y le creyó: "Me fío de su palabra". También comprendió que la implicación de su compañera sentimental, Cristina Narbona, hacia Morán era "más personal que política" porque su padre fue muy amigo del ex ministro. Leguina, entonces, escribió otra nota y rectificó: "He llegado a la profunda convicción moral de que José Borrell no ha intervenido de manera alguna. De suerte que nadie, y yo el primero, tiene derecho a sentirse minusvalorado o engañado". Esa frase aludía a reuniones de colaboradores de Borrell con los Renovadores por la Base. Citas que ayer Leguina, tras revelarlas días antes, tachó como "oficiosidades" que "carecen en absoluto de crédito".

La ejecutiva del PSOE concluyó ayer que ante estas situaciones críticas hay que "reforzar" las estructuras actuales del partido, lo que la dirección actual de la FSM interpreta como una llamada a la continuidad. Es decir, nada de congresos extraordinarios ni de cambios en su ejecutiva. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, describió ayer estas tensiones como lógicas de una noche de "resaca electoral" y garantizó que el partido dará todo su apoyo a Morán. El ex ministro achacó los ataques de Leguina a su temperamento y "a la excitación de no haber ganado".