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FRANCIA 98

Argentina, con el cinturón puesto

Luminoso estreno de Gallardo frente a una impotente Croacia

Ramon Besa

Demasiada Argentina para tan liviana Croacia en una riña de invictos. La solvencia está de parte de Passarella, que ha transmitido al equipo su rostro robusto, de tipo duro, de difícil acceso. Diríase que es una de las maneras de personificar la seguridad. Nada que ver con Blazevic, muy estresado, pasional, capaz de darse un portazo a la salida del baño y dañarse la nariz. Le faltó a su equipo carácter y sentido de grupo. Juegan los croatas según el día y el rival. Tienen futbolistas determinantes, muy capaces de decidir en una acción puntual, pero les falta un hilo de juego y regularidad para ganar un Mundial. Van y vienen y nunca se sabe dónde paran.También Argentina es una selección opinable, corregible y, si se quiere, mejorable. Pero es un equipo solvente. El único imbatido. Cuenta con un plan de juego y el grupo, una vez puesto en la cancha, resulta un libro abierto. Juegue quien juegue, cada zamarra quiere decir una cosa. Movió ayer Passarella al plantel y aparecieron nuevos futbolistas, una manera distinta de interpretar el juego, pero igualmente fiables. Paz y Vivas acompañaron a Ayala en la zona trasera, y Croacia se quedó también a cero como Japón y Jamaica. Entró Pineda como volante tirado a la izquierda, el puesto de Simeone, y metió el gol. Y estrenó titularidad Gallardo, y el Muñeco llenó el partido con su personalidad y sus gestos técnicos, dos cosas que se agradecen cuando los partidos decaen.

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La entrada de Gallardo dejó al Piojo López en el banquillo y empujó a Ortega unos metros más adelante, jugando prácticamente como segundo punta, al lado de Batistuta. El Burrito perdió contacto con la pelota y estuvo largo rato a disgusto, así que decidió bajar unos metros y se dejó caer por distintos sectores del campo. Estuvo por la izquierda, donde se ganó una tarjeta, y apareció por el centro en una contra. Le bastó para parir el gol. Tocó para la subida de Pineda, la pelota dio en la cabeza de Simic y el rechace habilitó al zurdo de Boca, que la metió para adentro, previo control con el pecho.

El gol solventó el único asunto que lleva a maltraer a muchos argentinos. Pese a la presencia de Batistuta, al equipo se le ven ciertas dificultades para el gol. No tiene la misma clarividencia para desarmar que para armar. Tiene un cierto desequilibrio, una situación que provoca un referéndum diario sobre si Ortega es demasiado individualista o poco solidario, acerca del peso que debe tener Gallardo en el gobierno de la contienda y en torno a si el 5 debe ser o no para un tipo tan contenedor como Almeyda. Visto el partido de ayer, las cosas están en que Gallardo pide entrar. A Verón nadie le quita el puesto. La suya es una dinámica de juego que revoluciona el partido, para bien o para mal, pero lo mueve cuando el partido se duerme.

Croacia no tiene despertador. No estuvo muy serena en defensa ni en ataque. Es un equipo plagado de jugadores de entrejuego. No hay un solo pata de palo, pero le falta salida desde atrás y llegada. No hubo ayer noticias de Suker, perdido por entre la zaga argentina. Se apreciaron unos buenos pasajes de Asanovic por el carril izquierdo, cierta autoridad de Boban en el centro y los detalles de siempre de Prosinecki. Pero le faltó cuerpo para agarrar el partido. Tuvo pocas opciones de gol, y la más clara -el disparo de Vlaovic dio en la cruceta- pareció más un remate con suerte que un disparo premeditado. Poca dinamita para una Argentina que avanza muy puesta en el torneo.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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