La única portería imbatida
Argentina es la única selección, entre las 32, que terminó la primera fase sin recibir un gol. Quedó primera en su grupo y consiguió algo que casi nadie ha logrado: ganar todos los partidos disputados -los albicelestes vencieron 1-0 a Japón, 5-0 a Jamaica y 1-0 a Croacia-. Números inéditos en el Mundial para una selección que no garantiza espectáculo ni hace más ostentación que la de su única estrella, el goleador del Fiorentina Gabriel Batistuta. Argentina intimida por presentar un grupo con una enorme capacidad de sacrificio. Y allí reside la clave -junto a que se ha medido a rivales sin altura- de su imbatibilidad. Con una media de 26 años, hasta los más veteranos de la plantilla están obligados a extenuarse. No es raro ver a Simeone, el gran capitán, defendiendo, y hasta Batistuta, antes estático, tuvo que invertir energía en la recuperación del balón para entrar en las alineaciones de Daniel Passarella, quien llegó a decir que "un Mundial se gana al contragolpe".No se advierten talentos capaces de deslumbrar los mercados futbolísticos, si acaso Ortega y Gallardo, los único ingenieros en un grupo de obreros. Pero sus jugadores están convencidos de la superioridad que imbuye la camiseta. El portero del Mallorca, Roa, es correcto. Su línea de tres centrales aparece con el gesto aseverado por el oficio, aunque su líbero, Roberto Ayala, sólo tenga 25 años, y jueguen, como ayer, con dos suplentes: Vivas y Paz. Almeyda, Simeone, Zanetti y Verón son cuatro medios especializados en comprimir el centro del campo hasta volatilizar las aspiraciones creativas del más avezado de los contrarios.
Y en la punta cuenta con un tipo con pulmones como para perseguir a sus marcadores durante noventa minutos, el Piojo López.
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