El agujero negro de Portadown
¿Periodistas? Sí. ¡Ah!, entonces seguro que nos veremos otra vez la semana próxima. El hombre que hace la apuesta, un jovial cuarentón católico llamado Ken que veía el fútbol por televisión en el Parkside Saloon de Portadown, puede ganarla. Ken vive en Carvaghy Road, la angosta avenida que atraviesa el barrio católico de la pequeña ciudad y que anualmente es escenario de enfrentamientos entre activistas protestantes y la policía. Ken no tiene mucha confianza en que las elecciones de ayer, hasta el momento la expresión más concreta del proyecto de paz aprobado por mayoría el mes pasado, vayan a producir un cambio en la actitud de los protestantes.Su pronóstico de una nueva erupción de violencia es compartido por muchos. John Gray, otro vecino de Carvaghy Road, describía la situación con una frase sombría. "Estamos en un agujero negro", decía, contemplando la avenida vacía donde lo único que parecía moverse ayer por la tarde eran las banderas tricolores republicanas que ondeaban en los postes. Tal es el pesimismo de Gray, que ayer confesaba que depositó su voto en la escuela secundaria del barrio por puro formalismo. "Voté por el Sinn Fein, pero no sé si un triunfo de los nacionalistas va a traer diferencias a Portadown", dijo.
En eso están de acuerdo muchos políticos. La temporada de los desfiles que comienza el 5 de julio promete convertirse en la gran prueba del proceso de paz. De hecho, la cuestión capturó la atención de los candidatos cuando la semana pasada quedó claro que este año los protestantes de la Orden de Orange no van a aceptar desvío alguno en las principales rutas a lo largo y ancho de Irlanda del Norte, incluyendo por cierto, Carvaghy Road. Son centenares de marchas que durante todo el verano mantienen latente el espectro de la violencia en los seis condados del Ulster.
Batiendo tambores, adornados de medallones y uniformados con bombines negros bajo el sol de julio, los orangistas observan el calendario de victorias militares del rey protestante Guillermo de Orange sobre las fuerzas del rey católico Jaime, derrotado en la famosa batalla de Boyne en 1690. El desfile, que pasará por Carvaghy Road tras una ceremonia en la parroquia de Drumcree,puede generar incidentes como los registrados hace dos años, cuando una formidable fuerza policial arremetió contra vecinos y manifestantes católicos causando decenas de heridos. Igualmente volátil es la situación en Londonderry cada 12 de julio. El Ejército británico tuvo que despachar refuerzos a esa ciudad tras los incidentes desatados por el asesinato de un funcionario católico a manos de extremistas protestantes. Cada año se suman además los aprendices de las logias orangistas empeñados en mantener viva una tradición que los católicos ven como una provocación innecesaria.
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