_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Unos cuantos

Juan Cruz

Enfocaron al Rey cuando las noticias eran buenas; es natural, él no tenía la culpa. Con el rabillo del ojo mirábamos las imágenes del otro partido, donde unos cuantos paraguayos, que deben ganar juntos lo que gana el seleccionador español, y unos cuantos nigerianos, cuyo presupuesto total puede coincidir con el del fichaje de alguna estrella española, se disponían a hacer imposible el sueño fruncido de Clemente. Con un desdén que sólo es consecuencia de su falta de tacto, el presidente del Gobierno definió el contenido de la decepción: no sólo se estaba poniendo en duda la continuidad de España en el Mundial , sino que eso había sido causado por unos cuantos nigerianos y unos cuantos paraguayos. Imbuido de la antigua idea de la superioridad de Europa, Aznar sabe muy bien hasta qué punto puede arriesgar sonrisas despectivas si se refiriera a los italianos o a los alemanes con esa expresión que parece cuantificar sólo lo verdaderamente desdeñable. Podíamos haber caído con otra honra ante rivales de peso similar, ¡pero ante los del peso inferior!A lo mejor España se equivocó de dimensión. Comenzó diciendo que era grande, y el tamaño de su arrogancia se unió a la falta de sentido del humor que lanza como una sombra el ceño de su preparador. Clemente ha contaminado de manera espectacular un juego deportivo de los modos que tienen otras manifestaciones en el que el azar se calcula como un riesgo. Calcular el azar es una operación delicada, y España incurrió con su fútbol en una aspiración que se parece a los prodigios del trapecio; imaginar que unos cuantos paraguayos y unos cuantos nigerianos nos iban a hacer el favor de permitirnos la recuperación de la autoestima era un delirio propio de los que ven elefantes en los agujeros de las agujas.

Más información
"Suena el timbre, se acabó el recreo"

Cuando dejaron de enfocar al Rey en el partido principal -el que parecía el partido principal- la gente se dio cuenta de que había que irse hacia el partido decisivo. El esfuerzo inútil conduce a la melancolía y lleva al silencio; lo que pasa al fútbol es que se ha llenado de palabras. En la desolación de la victoria ninguna cámara nos llevó hacia qué zona del desierto miraba el Rey, mientras en otro lado del universo catódico se abrazaban unos cuantos paraguayos y otros cuantos nigerianos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_