Romero arremete contra la política del PP en el feudo del presidente Zaplana

Desayuno en L"Alfàs del Pi, almuerzo en La Nucía, comida en Tárbena, café en Finestrat y cena en La Vila Joiosa. El candidato a las primarias del PSPV Joan Romero cerró ayer su campaña de primarias en la comarca del presidente Eduardo Zaplana, La Marina Baixa, porque quiso que su último encuentro con los militantes antes de la votación de mañana estuviera "especialmente cargado de simbolismo". "Quiero que la foto que dio testimonio del cambio de gobierno en 1995, cuanto yo entregué las llaves a Zaplana, se repita a la inversa en 1999", dijo en el acto principal de la maratoniana jornada, celebrado en un hotel de La Vila Joiosa en el que reunió a más de 400 comensales. La elección de esta comarca para cerrar campaña no fue gratuita. "Quiero testimoniar en la tierra de Zaplana cómo no se debe hacer política, porque lo que está claro es que si en 1991 no hubiera comprado un voto no habría sido alcalde y, tal vez, no hubiera llegado a presidente", manifestó Romero. Ante un auditorio entregado, el candidato tocó la fibra más sensible de los socialistas de La Marina Baixa cuando arremetió contra la moción de censura que elevó a Zaplana a la alcaldía de Benidorm con el apoyo de la concejal tránsfuga del PSPV Maruja Sánchez. "Zaplana sigue pagando con fondos públicos ese voto en forma de sueldos a Maruja y su marido que ya ascienden a 120 millones de pesetas", dijo entre aplausos. "Hemos hecho las cuentas, y a él le sale barato, pero al resto de valencianos muy caro", añadió. El PP y el presidente autonómico centraron el discurso final de Joan Romero en estas primarias, que profundizó en "las cinco razones por las que hay que decir no" a la política de los populares. Intolerancia, desigualdad, cinismo, retroceso en la vertebración de la Comunidad y mala imagen resumen su tesis. Para Romero, en sus tres años de gobierno Eduardo Zaplana "ha demostrado" cómo se puede ejercer el poder de manera autoritaria, "cerrando micrófonos y cámaras a la izquierda, resucitando las listas negras y poniendo en práctica la vieja norma de conmigo o contra mí en la que ha incluido a periodistas, empresarios e intelectuales". A escasa distancia de la clínica donde el presidente Zaplana se recupera de una operación de apéndice, Joan Romero arremetió contra su política con virulencia, y lo acusó directamente de fomentar las desigualdades sociales por no invertir en los pilares del desarrollo ni hacer nada por superar las capas de pobreza. De "cínico" calificó el candidato al presidente. "Dijo que regeneraría la vida pública y aplicaría políticas de austeridad, pero eso ha degenerado en el caso Cartagena, la política de Carrascosa, el caso Dolores y el manejo de los poderes públicos en beneficio de su partido, frente a la austeridad prometida", aseveró Romero. El escaso avance conseguido en el proceso de vertebración del País Valenciano y la imagen que Zaplana y el PP trasladan al exterior completaron la lista. "Aparecemos más en las páginas de sucesos que en las de gran política, y asistimos a menudo al desarrollo de polémicos viajes en los que el presidente parece el representante de un cantante mientras falla en la defensa de los intereses valencianos", remarcó el candidato socialista. Romero puso como ejemplos la flaqueza del Consell en la defensa de los pesqueros de Alicante frente al gobierno balear y la pérdida del tren de alta velocidad. La mirada de los militantes Respeto y serenidad fueron los adjetivos que utilizó Joan Romero a la hora de hacer balance de la campaña que finaliza hoy. "Hemos dado un salto importante, situando al PSPV en el centro de la vida política, y hemos sabido llevar bien esta fiesta de democratización interna, con actos en la calle, al aire libre, en los que recibíamos el aplauso de los vecinos", afirmó Romero. "En definitiva", añadió, "hemos recuperado el orgullo de ser socialistas, y de todo lo vivido me quedo con la mirada limpia de los militantes, que tienen una idea bastante cabal de lo que nos jugamos en estas elecciones primarias".