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Un hermano del triple asesino de Zamora accede a que no sea enterrado en el pueblo

Un millar de personas abarrotaron ayer la iglesia de Pereruela de Sayago (Zamora) y sus alrededores durante el funeral por los tres vecinos a los que el martes mató a tiros y golpes de azada Vicente Carnero, de 66 años, antes de suicidarse. Uno de sus hermanos, Carmelo, declaró que comparte el deseo de los vecinos de que no sea enterrado en el pueblo y tampoco quiere hacerse cargo de su cadáver, que sigue en el tanatorio. Su mujer y sus hijos, de los que vivía separado, aún no han sido localizados.

Carmelo Carnero manifestó que respeta la decisión de la corporación municipal de que su hermano Vicente no sea enterrado en Pereruela y confesó que llevaba 14 años sin hablarse con él. Tras reconocer que era "muy raro", explicó: "Todos [sus familiares] le dábamos buenos consejos, pero no había manera con él". Finalmente, matizó que "nunca amenazó con estos hechos [los crímenes]; bueno..., de palabra, sí, pero nunca [para pensar que llegara] hasta el extremo al que llegó".El párroco, Julián Valle, que ofició el funeral, leyó al comienzo de la misa un mensaje del obispo de Zamora, Juan María Uriarte, quien recomendó en los momentos de tristeza que se viven "mantener la serenidad y la mansedumbre", a la vez que transmitía su condolencia por lo sucedido. Posteriormente, tras la lectura de un pasaje bíblico en el que se recuerda que "el que odia a su hermano es un homicida y ningún homicida lleva en sí la vida eterna", el sacerdote hizo una llamada "a la esperanza de la resurrección futura".

Finalizado el oficio religioso y tras el rezo de un responso, los féretros fueron trasladados hasta el cementerio del pueblo a hombros de familiares de las tres víctimas de Vicente Carnero: el panadero Vicente Gómez y las hermanas Olivia y Maruja Brioso.

En el camposanto se vivieron las mayores escenas de dolor y el propio hermano del homicida, Carmelo Carnero, tuvo que consolar al alcalde, Daniel Gómez, hermano de una de las víctimas y buen amigo suyo.

Los hechos ocurrieron el martes en Pereruela, un pueblo de de unos 400 habitantes, situado a 18 kilómetros de la capital zamorana y famoso por su alfarería. Vicente Carnero, de 66 años, prendió fuego a su vivienda hacia las siete de la mañana y a continuación se dirigió a la panadería, en la que disparó con una escopeta de caza con los cañones recortados a Vicente Gómez, que falleció como consecuencia de las heridas sufridas. El hermano de éste, Daniel, consiguió desarmarlo tras un forcejeo.

Tras zafarse del regidor, Vicente Carnero acudió a un huerto en el que se encontraban sus vecinas, las hermanas Olivia y Maruja Brioso, a las que golpeó mortalmente con una azada en la cabeza. Después se arrojó a un pozo y se ahogó.

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