"La mejor táctica es el corazón"
El equipo español recupera el concepto de la furia y habla de clasificación a la italiana
El mensaje positivista de Clemente ha calado en el grupo. Hay que espantar la pesadilla de una eliminación prematura, conciliar el sueño y aguardar a una radiante mañana estival. Unos hablan de no perder las virtudes teologales. Es el caso de Zubizarreta: "Pase lo que pase y se diga lo que se diga, hay que mantener la fe y la esperanza". Y otros apuntan ya incluso grandes proyectos. "Más de una vez durante el día o la noche debes afrontar la imagen de una posible derrota", confiesa Amor, "te pasa por la cabeza, pero la apartas, y piensas: "si pasamos a los octavos, borraremos todo lo que ha ocurrido hasta ahora y podremos aspirar a grandes cosas".Frente a una situación tan extrema, parece imponerse más un ejercicio de voluntarismo que no una autocrítica o reflexión más bien táctica. A tenor de las palabras de algún futbolista, para remontar conviene recuperar la furia española. Alkorta fue el más explícito: "Las tácticas no sirven para nada; son los jugadores los que sacan los partidos adelante poniendo mala leche". Hay que apelar pues a valores como "la casta, la garra, la velocidad, las ganas". Y remacha el central: "El corazón es la mejor táctica".
Hay un referente que gusta a todos. Recuerdan que no hay en el mundo selección más tacaña en la fase previa y recompensada a la hora del reparto de premios que la italiana. El discurso de Cañizares es un ejemplo: "Todos los equipos que llegan lejos en un torneo como el Mundial deben superar situaciones difíciles. Ha habido campeones que se han endurecido con las derrotas previas. Yo soy de los que piensan que si el miércoles pasamos, nuestra mentalidad se reforzará". El problema, como descubre Morientes, es "que dependemos de un rebote". Nigeria, ya clasificada para octavos, debe ganarle a Paraguay, una selección tan seca que no ha encajado ni marcado un solo gol en el torneo. La victoria española sobre Bulgaria no es que se dé por hecha, pero en Chantilly, donde se concentra la selección, se descarta un tercer tropiezo. "El partido tiene un grado de dificultad muy semejante a los dos anteriores", intuye Cañizares, "pero nuestra actitud debe resultar decisiva". Y Amor agrega: "No hemos sido inferiores ni a Nigeria ni a Paraguay, y no hay razón para pensar que Bulgaria será superior".
Buen síntoma que se hable del rival. Bulgaria aparece para la mayoría como un conocido de difícil trato. "Me preocupan por ser europeos y también porque son un grupo muy experto", apunta Cañizares. "Todos sus jugadores tienen calidad, y siempre nos lo han puesto muy difícil", añade. "En la pasada Eurocopa96, por ejemplo, empatamos a un gol. Diría que no tienen puntos débiles".
¿No crees que es una selección desagradable para jugar? "No. Aprovechan su veteranía para que el juego discurra por donde más les gusta", responde el meta. "Saben lo que hacen". No parece de la misma opinión Morientes. El delantero coincide en que Bulgaria tiene gran facilidad para complicar los partidos. "Por los dos partidos que hemos visto, tanto ante Nigeria como frente a Paraguay, sí puede ser un rival de mal ver", contesta. "Marcan muy fuerte, a veces se meten con el árbitro, otras pierden tiempo. Por calidad, deberíamos ganar, pero si se ponen nueve atrás será muy complicado".
"Lo que más tranquilidad nos da es que España", recupera la conversación Amor, "es el equipo del grupo que más ocasiones de gol ha generado". "Los búlgaros son muy incómodos y expertos. No es una selección que se resuma en Stoichkov. Falta Letchkov, pero están Penev, Balakov, Kostadinov y otros buenos futbolistas". Hay como una consigna de huir de las bravatas de Stoichkov. "Le marcará cualquiera, porque no nos obsesiona", avisa Aguilera. "Nuestra batalla está en el campo", reitera Amor. "No me gusta mandar mensajes a través de la prensa. No hacen falta recados ni liarse a cabezazos". Morientes elogia al futbolista -"tiene una gran capacidad para decidir por su cuenta"- y prefiere ignorarle como persona: "Mejor no hablo". Y Alkorta concluye: "Es un buen jugador, un futbolista que ha marcado una época. Un asunto diferente son sus palabras: o le han informado mal o bien se ha equivocado, y quizá debería rectificar. Pero como somos inteligentes, nos lo diremos a la cara en el campo y no habrá problema".
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