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La zona de copas de Santa Ana estrena los controles voluntarios de alcoholemia

Los jóvenes madrileños que estén de copas pueden, desde anoche, averiguar su grado de incapacidad para coger el coche de vuelta a casa. Sólo tendrán que someterse a un control voluntario de alcoholemia y a una prueba de reflejos que les ofrece, a la puerta de los bares de la plaza de Santa Ana, la Dirección General de Juventud y la Fundación de Derechos Civiles.Una furgoneta tipo caravana provista de dos ordenadores y dirigida por cinco voluntarios armados con alcoholímetros, forman este pequeño ejército en guerra contra los accidentes de circulación provocados por conductores borrachos. La primera prueba que pasarán los jóvenes es soplar en el medidor de alcohol. Entonces se les toma nota de sus datos y del índice de alcohol que tienen en la sangre.

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El 25% de las víctimas de accidentes de tráfico son jóvenes

VIENE DE LA PÁGINA 1La siguiente prueba es de reflejos, ya dentro de la furgoneta. Si cometen muchos fallos ante el ordenador a la hora de distinguir colores y pulsar las teclas del videojuego, el responsable del programa de prevención les recomendará que dejen el coche aparcado y se cojan un vehículo de transporte público: "Con muchos fallos se demuestran a sí mismos que han perdido demasiadas facultades como para ponerse al volante", explica Miguel Ángel Calderón, asesor técnico de la Dirección General de Juventud. Si el joven se encuentra demasiado ebrio podrá pedir a los voluntarios que le lleven a casa. La caravana de control recorrerá las principales zonas de copas de Madrid y de la periferia hasta finales de año.

La campaña, bajo el lema "hay muchas formas de hacer el idiota, beber es la más peligrosa", hace especial hincapié en el efecto distorsionador que el alcohol produce sobre la percepción y su influencia en los comportamientos temerarios. El año pasado murieron 6.000 personas en accidentes de circulación en España, de las que un 25% tenían entre 18 y 26 años. El tráfico se ha convertido, de hecho, en la primera causa de mortalidad entre la juventud madrileña. Los accidentes suelen ser más frecuentes, según los estudios de la Comunidad, en las noches de los días festivos. Se calcula que los accidentes de circulación que costaron la vida a 2.000 de las 6.000 personas que murieron en 1997 en la carretera tuvieron su origen en un exceso de ingestión de alcohol.

El plan puesto en marcha anoche además de las unidades móviles con equipos de medición cuenta también con folletos informativos para distribuir entre los jóvenes. En concreto, se repartirán réplicas de multas de tráfico donde se recordarán el número de heridos y fallecidos por accidentes de circulación el año pasado.

El Hospital del Niño Jesús hizo ayer público un informe que revela que el 67,74% de los adolescentes con edades comprendidas entre los 15 y 18 años consume alcohol durante los fines de semana. El estudio, que ha usado datos de 248 encuestas, señala la necesidad de adoptar medidas de prevención más activas entre los adolescentes.

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