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Un mercado de moda

No se trata de vestidos que se vayan a ver en la calle, pero sí que sirven de experiencia creativa. Los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Valencia presentaron ayer en el Mercado Central de Valencia una colección de trajes de fantasía con los oficios y los productos que se pueden encontrar en el mercado como eje de la propuesta. Vestidos realizados con macarrones, especias, mazorcas, productos de panaderia, cárcaras de huevos o simulando verduras y pescados se pudieron ver ayer portados por modelos que desfilaron entre las paradas del mercado. "La idea surgió al unir dos conmemoraciones: la de los 150 años de la Escuela de Artes y Oficios y los 70 del Mercado Central", explica Amparo Peguero, profesora de la Escuela y responsable del taller de vestuario teatral, de donde ha surgido el proyecto. "Los estudiantes se han enfrentado a un reto importante, como es trabajar con elementos en los que no es normal hacerlo", señala Amparo, que añade que el objetivo no ha sido confeccionar trajes que se puedan vestir regularmente, sino experimentar. "Hemos probado con texturas, con materiales, con colores, lo que en el futuro profesional de los ahora estudiantes será útil", concluye la responsable del proyecto. Unos veinte modelos se pudieron ver sobre una improvisada pasarela ubicada bajo la cúpula central del mercado, ante la atónita mirada de compradores y vendedores. Los primeros en irrumpir sobre el escenario fueron tres modelos masculinos que presentaron una creación basada en el oficio del carnicero. Pantalones rojos acompanados y delantal blanco con toques igualmente rojos, dejando el torso al descubierto ofrecian una imagen seductora de esta profesión que caló rápidamente entre las espectadoras del desfile. La panadería fue el siguiente sector que tomó la pasarela. Un vestido formado por decenas de galletas maría daban un toque casi caribeño que se completaba con una ensaimada de gorro a lo Carmen Miranda y con un gran cruasán en funciones de curioso bolso. La pasta también levantó gran expectación entre el público. Un corpiño formado por macarrones, con un casquete de otra clase de pasta y una falda cuyos cuadros los recreaban pequeñas bolsas con pequeñas cantidades de pasta y legumbres de diversas clases y colores. Otro modelo muy aplaudido fue el que tenía el corpiño recubierto con cáscaras de huevos. La variedad de los colores de las cáscaras otorgaba una curiosa elegancia, próxima a la pedrería. Un efecto similar se consiguió con las conchas de moluscos, que tratados convenientemente ofrecían un aspecto cercano a la joyería. Legumbres fordando delicdos bordados, faldas que reproducían las hojas de una lechuga, mazorcas de maiz que reproducían elegantes "ponpones", tejidos en forma de escamas de pescado y hasta una mochila-pulpo, formaron parte de la imaginativa muestra. El desfile lo cerraron dos creaciones especiales. Primero un traje de novia, como es tradicional, en el que la parte superior del mismo estaba adornado con blancas conchas de almejas. Posteriormente, y con gran admiración del público, una modelo pasó una recreación de la cúpula central del edificio del Mercado Central. La falda reproducía la bóveda, mientra que la jóven que lucía el traje llevaba a modo de sombrero el emblemático remate de la cúpula: la cotorra del mercat. Según Encarna Roig, una de las estudiantes y creadora de varios de los diseños, "el reto ha sido meterse en un vestuario de teatro tocando tejidos inusuales e investigando nuevas técnicas". Para Marcos Domingo, otro de los jóvenes creadores, con esta propuesta "tratamos de no limitarnos a la concepción tradicional del diseño. No son trajes para vestir, son de efecto en la pasarela". Domingo añade que con este tipo de iniciativas, se permite hacer volar a la imaginación. Los modelos de esta peculiar colección se podrán ver hoy en el desfile que, dentro del concurso Passarel.la Jove, que organiza el Círculo de Moda en colaboración con el Instituto Valenciano dela Juventud (Ivaj) se celebrará en una discoteca de Valencia. Un concurso que tiene como objetivo ofrecer a los jóvenes creadores de nuestra Comunidad una pasarela en la que mostrar sus creaciones. Los creadores valencianos han demostrado que les sobra imaginación para que esta colección inspirada en el Mercado Central sea un paso previo para que sus futuras creaciones ocupen un lugar destacado en un mercado más complicado: el de la moda.

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