"Lujua vivía a dos kilómetros"

Mikel Lujua, el supuesto etarra al que los mercenarios confundieron con Segundo Marey, vivía en Hendaya... pero entre la casa de uno y otro había dos kilómetros. Así lo declaró Marey, que aceptó que conocía a Lujua, aunque ignoraba su apellido.Pese a los años transcurridos desde aquel 4 de diciembre de 1983, todavía no hay explicación de qué fue lo que hizo que los secuestradores se equivocaran de objetivo y, en lugar de capturar a un etarra, se llevaron a un viajante de muebles de cocina y material de oficina. Los defensores de los procesados se refirieron ayer a este episodio denominándolo "detención", como si rehuyeran usar el término "secuestro".

Segundo Marey relató que en aquellas fechas ignoraba que un compañero al que conocía sólo por el nombre de Mikel, que era "chófer de un camión" de reparto, se apellidaba Lujua. Afirmó que jamás estuvo en su casa y que sus relaciones eran meramente profesionales.

Tras proclamar que no tenía amistad con etarras, reconoció que sí conocía a un tal François, "responsable" de la cooperativa Sokoa, que fue detenido por la policía tres años después por su presunta relación con ETA. Eso dió pie a que el abogado José Aníbal interrogara a Marey sobre otros dirigentes de ETA, que dijo no conocer. El testigo relató en varias ocasiones que sus vinculaciones con la cooperativa Sokoa se limitaban a pasar por allí para recoger los avisos que le dejaban sus clientes desde los tiempos en que la empresa se denominaba Elka. "Los de Hendaya telefoneaban allí, las señoritas me recogían los recados, y yo pasaba cada semana." Segundo Marey no guarda rencor a sus vecinos - "yo no puedo juzgar a la gente"- que no escucharon sus gritos cuando era secuestrado. "Ese día", explicó, "faltaban muchos vecinos, pero no sé por qué".