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Tribuna:
Tribuna
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El lector

Juan José Millás

El iniciado estaba leyendo un libro de biología cuando la palabra cucaracha, presente en la página por la que lo tenía abierto, abandonó el lugar que ocupaba en una oración subordinada y se deslizó con agilidad hacia la parte interior del lomo, desapareciendo enseguida por una costura de la encuadernación. Sobrecogido, cerró el volumen y lo mantuvo alejado de sí durante unos instantes, observando sus bordes con desconfianza. Pasado el rato, y como no advirtiera ninguna actividad biológica, pensó que todo había sido producto de su imaginación y volvió a abrirlo al azar, tropezando con el capítulo de los insectos.Leía, pues, el apartado correspondiente al cuidado de las crías por parte de la mosca Sarcophaga carnaria cuando el término mosca comenzó a desplazarse delante de sus ojos y, tras errar de forma titubeante por la página, se dirigió al tercer párrafo, donde aparecía escrito el vocablo cadáver, sobre el que se colocó para digerirlo seguidamente sin prisas, letra a letra, regresando luego a su posición original en el texto. No se había repuesto del susto el iniciado cuando la expresión aparato reproductor, que aparecía en negrita, quizá porque estaba preñada, se aproximó al vacío dejado por la palabra cadáver y la volvió a parir en dos o tres minutos con caracteres idénticos a la devorada por la mosca de los sarcófagos.

Fue al oftalmólogo, quien a su vez lo derivó al psiquiatra, que le recomendó un endocrino, según el cual no era raro que en el interior del ecosistema libro sucedieran estas atrocidades orgánicas mientras permanecían cerrados. Pero cuando ocurrían a la vista del lector significaba que éste debía dedicarse a escribir con la seguridad de que de su pluma sólo saldrían frases vivas, dotadas de metabolismo, vesículas y humores. Ahora vive de eso.

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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