Barrionuevo, Damborenea y Sancristóbal se acusan de mentirosos en un careo

La sala del Tribunal Supremo en la que se celebra el juicio por el secuestro de Segundo Marey, primera acción reivindicada por los GAL, fue escenario ayer de un tenso cruce de acusaciones del ex ministro José Barrionuevo con Ricardo García Damborenea, ex dirigente del PSOE en Vizcaya, y con Julián Sancristóbal, ex gobernador civil de Vizcaya. Barrionuevo mantuvo sendos careos con los otros dos procesados, en los que se intercambiaron acusaciones de mentirosos. El ex ministro calificó de «delator» a Damborenea.

Los careos ordenados de oficio por la sala cogieron por sorpresa a los asistentes. El tribunal dispuso ayer ese trámite, pese a que el día anterior había rechazado la petición del abogado de Damborenea para que su cliente se carease con Barrionuevo. En las diligencias practicadas ayer, la sala quería aclarar las contradicciones existentes en las declaraciones de los acusados sobre las llamadas que presuntamente hizo el ex ministro a la Jefatura de Policía de Bilbao la noche del secuestro de Segundo Marey. Empeño inútil. Ambas partes se mantuvieron con similar firmeza en sus posiciones -Barrionuevo, negando las llamadas, y los otros dos, asegurándolas- y se intercambiaron acusaciones de mentir. Según el ex ministro, las acusaciones contra él obedecen a la estrategia política diseñada para imputar a ex responsables del Ministerio del Interior en el primer Gobierno socialista. El turno de testigos lo abrió ayer el ex agente del Cesid Juan Alberto Perote, recientemente expulsado del Ejército, que trató de implicar en la trama al ex presidente del Gobierno Felipe González. Según Perote, acciones de guerra sucia contra ETA sólo las podría autorizar el jefe del Ejecutivo. González comparecerá como testigo el martes 23 de junio. El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, declarará ante el Supremo un día antes.