MARÍA BENGOA ESCRITORA "Publicar libros e interesar a desconocidos es una osadía"

La solapa del libro A París en globo lleva una escueta presentación de la autora. "María Bengoa nació en Bilbao en el mes de noviembre de 1959 y éste es su primer libro", dice bajo una foto en la que mira gesto tímido. Ni un solo dato más. "Me parece irrelevante. No creo que al lector le interese lo que he estudiado y las muchas cosas en las que he trabajado", asegura Bengoa. Para que sus relatos, páginas y páginas hechas sólo por el placer de escribir, llegaran a las librerías encontrar un editor interesado (Huerga y Fierro) no fue lo más complicado. Antes María Bengoa, periodista acostumbrada a ver su firma en los medios de comunicación, tuvo que vencer el pudor que le atenazaba. "Es dificil superar la sensación de que lo que una tiene que decir no tiene mayor interés, convencerte de que tienes algo medianamente digno para llevarlo a la imprenta", explica. "Probablemente, es completamente prescindible. Publicar libros con los que pretendes interesar, no sólo a tus seres queridos, sino a desconocidos, es una osadía". Y una vez con el libro en las manos, la autora habla de superar el terror a la comparación, que sufre por haber hecho de la lectura "una parte más" de su vida que le lleva sin descanso de los clásicos de la literatura universal a los escritos de sus compañeros de generación. "Los libros me han dado tan buenos momentos como mis amigos, pero me ha paralizado ser una lectora tan ávida", reconoce. "Ver que hay cosas tan magníficas te impide lanzarte a publicar, te das cuenta de tus enormes carencias. La buena literatura cura del cualquier narcisismo literario". A París en globo no es sólo el título de su primer libro. Es también la primera metáfora que recuerda haber oído en su vida, la respuesta de su madre a las preguntas de niña. "Es el reflejo de la fascinación que desde pequeña he sentido por el lenguaje". Son diez relatos de un tono intimista -entre ellos, La gabardina amarilla, que consiguió el premio Imagínate Euskadi en 1996- interconectados entre sí, en los que los personajes van saltando de uno a otro. "Me gusta que los personajes aparezcan y desaparezcan, que formen parte de secuencias, dibujados con un trazo tenue, casi deshilvanado. No busco finales efectistas en los relatos". Bengoa asegura que un libro de relatos puede tener la ambición de la novela. "El encorsetamiento de los géneros no tiene sentido", añade. "Lo importante no es atenerse a una normas externas, sino que lo que escribes tenga honestidad". María Bengoa busca un lector activo, que se deje llevar por la historia y se decida a completar lo que voluntariamente la autora deja a medias. "Es algo mágico conseguir que alguien lea y pague dinero por un libro, que tanto te ha dado al escribirlo", concluye. "Es casi un milagro".