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Reportaje:

Del "baby-boom" al parón

El desempleo empieza a sentir el alivio de la llegada al mercado laboral de generaciones menos numerosas

Los efectos del baby-boom se empiezan a desactivar para el mercado laboral. El paro ha entrado en un periodo en el que se detecta, ya que no es masiva la llegada de generaciones jóvenes. Y eso va a suponerle un alivio al menos en la próxima década. La alarma se produjo al publicarse la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de este año, con una caída desconocida de 43.200 activos.

Además del fin del baby-boom (elevado crecimiento de la natalidad), en ese descenso de la población activa han influido otros factores. Según la subdirectora general de Estadísticas Demográficas del INE, Florentiva Álvarez, esa EPA puede haber reflejado un número más elevado de lo habitual de jubilaciones producidas a finales de 1997. También destaca que, ocasionalmente, cuando la situación económica es buena, los "trabajadores secundarios" (en relación al cabeza de familia) se retiran de la actividad laboral.

La entrada menos numerosa de jóvenes en la edad de trabajar (mayores de 16 años) en la población activa empezó a producirse según datos del INE en 1992, ya que la tasa de natalidad inició su descenso en 1976. Hasta entonces, los nacimientos de niños superaban los 600.000 al año, y ahora no llegan a los 400.000. Las previsiones demográficas indican que la natalidad se puede incrementar algo en los próximos años, pero los expertos no son demasiado optimistas.

Flujo de entrada de jóvenes

En los primeros años no se notó mucho el impacto de ese descenso en la población activa, pero en los últimos cuatro años empieza a ser evidente que el flujo de entrada de hombres y mujeres en la edad de trabajar es cada vez más reducido.Los responsables del INE no quieren hacer previsiones sobre cuál puede ser la evolución de la población activa en los próximos años. Pero sí cuentan con cifras sobre la población entre los 16 y 65 años que habrá, y que están basadas en el censo de 1991, y que tienen en cuenta "el movimiento natural de la población, la natalidad, la mortalidad y los movimientos migratorios". Este último dato es el más incierto, pero los otros tienen un alto grado de fiabilidad y ponen de manifiesto que hasta el año 2009 el número total de ciudadanos españoles en edad de trabajar (entre 16 y 64 años) primero sufrirá un estancamiento y luego empezará a retroceder.

Eso hace presumir que la población activa (además de la edad debe reunir la condición de querer trabajar) va a frenar su crecimiento, y no se prevé que sufra una caída porque la menor incorporación de jóvenes se compensará con la masiva entrada de mujeres en el mercado. Si eso se produce, la tasa actual de actividad femenina (36,2%) tenderá a equipararse con la media de la Unión Europea, que es casi 10 puntos superior.

Pese a esa evolución, la tasa de actividad global no se reduce, ni previsiblemente disminuirá, por la numerosa incorporación de mujeres (de todas las edades) al mercado. Eso es lo que compensa la caída en la entrada de los jóvenes.

Un estudio realizado por el gabinete técnico de CCOO corrobora esa tendencia. En él se afirma que la reducción de la tasa de paro que se está produciendo es resultado, por un lado, del aumento del empleo y, por otro, de la reducción desde principios de 1995 del ritmo de crecimiento de la población en edad de trabajar. Ese comportamiento demográfico, según Carlos Martín, autor del estudio, "abre un amplio margen para disminuir o en su caso contener (si no se mantiene la bonanza económica) la tasa de paro".

El estudio de CCOO coincide también con las previsiones del INE en que el crecimiento de la población activa sólo podrá producirse a través de la incorporación de población inactiva, fundamentalmente mujeres.

De esta forma continuará un proceso que en los últimos 20 años ha supuesto un incremento de un millón de trabajadoras remuneradas. Así se pone de manifiesto en el informe Panorama Sociolaboral de la Mujer, realizado por el Consejo Económico y Social (CES). Este trabajo, que maneja cifras de la EPA y de Trabajo, indica que, del crecimiento total de activos en las últimas dos décadas, un 77% han sido mujeres: 2.618.600, frente a 775.000 hombres.

Sin embargo, aunque la presencia de las mujeres haya crecido en un 10%, todavía representan sólo el 38,9% de la población activa total. El trabajo remunerado de la mujer, según el CES, la ha convertido en un agente más participativo de la vida económica y social. Mientras el empleo global ha crecido un 6,2% entre 1977 y 1997, el empleo femenino lo ha hecho en un 30,9% y el de hombres ha descendido en un 3,6%.

Además, el CES señala el comienzo de la década de los ochenta como fecha clave de la recuperación de la mujer para el mercado laboral, ya que hasta entonces se habían perdido más de 300.000 empleos de mujeres.

Optimismo de Aznar

En todos esos datos se debe basar el presidente José María Aznar para vaticinar que, en los próximos tres o cuatro años, el paro masculino en España (ahora en el 14,9% según la EPA) se va a situar a niveles de la Unión Europea (en torno al 10%). Entre las mujeres es otra historia, y difícilmente se va a igualar la tasa de desempleo femenino, situada en estos momentos en el 26,98% en términos EPA.En cuanto al paro, el INE no hace previsiones, pero CCOO sí ha realizado unas estimaciones y cree que "el margen para reducir la tasa de desempleo se amplía, puesto que ahora sólo habrá de atenderse a la población que decida dejar de ser inactiva (ahora se compone de 5,5 millones de hombres y 10,5 millones y medio de mujeres) y el resto de los aumentos de la ocupación disminuirá el volumen total del paro".

Sus previsiones son que, bajo las condiciones actuales (un crecimiento medio anual de la ocupación en torno al 3% y de la población activa del 0,9%), la tasa de paro española (situada en el 19,63%) alcanzaría el nivel que registra ahora la Unión Europea (10,3%) entre el año 2003 y 2004. No obstante, añade que mantener un crecimiento tan intenso del empleo a lo largo de un periodo tan largo parece "un supuesto poco realista". Por ello analiza un escenario en el que el empleo crezca un 1,8% en los próximos siete años, y la población activa un 0,8%. En ese caso la disminución de la tasa de paro no sería tan pronunciada, y se situaría alrededor del 15% en el año 2004.

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