La dirección de Air France enfrenta a los pilotos con el resto de la plantilla en la segunda semana de huelga

Aislar y diluir. En esos dos verbos está contenida la táctica adoptada ayer por la dirección de Air France, con el respaldo del Gobierno, cuando la huelga de los pilotos entra en su segunda semana. Aislar a los huelguistas presentando a los pilotos como secuestradores del interés general y diluir sus reivindicaciones proponiendo que se sumen a la negociación el personal navegante comercial o los mecánicos.

La dirección de Air France y 19 organizaciones sindicales -entre ellas el SNPL, el sindicato mayoritario entre los pilotos- se reunieron ayer en el aeropuerto de Roissy en un comité central de empresa extraordinario, encuentro de carácter informativo y destinado a presionar sobre el SNPL.

Para la USAF, sindicato del personal de tierra, la dirección no debe "ceder al chantaje ejercido, desde hace décadas, por los pilotos". La USAF considera "inapropiado en este caso el recurso a la huelga" y teme que "la lógica suicida de la que somos rehenes arrase en pocos días con cuatro años de esfuerzos colectivos".

Force Ouvriére (FO), que representa tanto a quienes trabajan en tierra como al personal navegante comercial, denunció lo que significa dejar que "el futuro de la compañía esté en manos de 3.300 de sus asalariados (frente a otros 40.000 empleados)". FO recuerda además que una auditoría, encargada por el propio SNPL al sindicato estadounidense US-ALPA, confirmó que los pilotos de Air France están mejor pagados que los de Lufthansa y British Airways.

Otro sindicato, la CFDT, también pide que "las negociaciones no se limiten a los pilotos". Sólo la CGT aportó un "respaldo global" al SNPL. El presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, anunció, "para los primeros días de esta semana que empieza", la celebración de un consejo de administración. Spinetta parece disponer ahora de más respaldo gubernamental. Hoy lunes el 75% de los vuelos de Air France ha sido suspendido.