200 afectados plantean sus inquietudes
"Esta noche dormiréis mejor" . Con estas palabras inauguró anoche una sesión informativa sobre hepatitis C el presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu), Fernando Móner. Ante más de 200 personas, la mayoría de ellas afectadas por la enfermedad, el jefe de la unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital General de Valencia, Enrique Ortega, intentó responder, una a una, las numerosas dudas planteadas por todos los asistentes a la Cámara de Comercio de Valencia, donde tuvo lugar la reunión. Antes de dar paso al experto, Móner afirmó que más de 80 personas han acudido esta semana a Avacu para preguntar cómo defender sus derechos "lesionados" como usuarios de la sanidad pública. "La desinformación genera alarma. Plantead vuestras dudas", les dijo. Ortega comenzó su didáctica charla recordando que el virus VHC es del tipo RNA (ribonucleico) con mucha capacidad de mutación, lo que ha impedido a los científicos crear una vacuna para combatirlo. Añadió que ya no son seis, sino nueve, los genotipos distintos que se han descubierto del mismo virus y matizó que el 90% de los españoles infectados tienen el 1B. La hepatitis C no presenta síntomas, salvo un ligero cansancio que suele atribuirse al estrés, de modo que ningún afectado orina oscuro ni se pone amarillo. El mecanismo de transmisión es "de sangre a sangre" y su mayor ventaja es que su acción es "lentísima". "La partida se juega entre el virus y nuestro sistema inmunológico", dijo Ortega, que quiso en todo momento dar "un mensaje de esperanza" a los presentes. Cuanto antes se trate la enfermedad, mejor, continuó el experto, que citó el Interferón y la Ribavirina como tratamientos eficaces. El facultativo relató una anécdota sucedida en Vietnam, donde la mitad de los soldados de un regimiento infectados de hepatitis C fueron enviados a un hospital alemán, mientras el resto de enfermos siguió luchando en la guerra. "Cronificaron igualmente en los dos bandos", dijo, para justificar que mejor que el reposo es hacer una vida normal. "Fui al dentista y ahora tengo hepatitis C, ¿pudo ser él?", preguntó un afectado. La práctica médica normal no conlleva riesgos de contagio, fue la respuesta. "Lo digo porque el dentista falleció recientemente de hepatitis C", agregó. Y el auditorio se quedó de piedra. Los asistentes querían saber si el tratamiento es eficaz para todos por igual; si tener las transaminasas altas es el principio de la enfermedad, si a mayor carga viral en sangre mayores son las posibilidades de contagio... Ortega intentó responder como pudo. Dijo, por ejemplo, que más de seis meses con el virus y con transaminasas elevadas puede significar que la hepatitis ya es crónica y hay que hacer biopsia para comprobarlo.
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