Toreo cristalino de El Juli
Haciendo gala de un toreo cristalino, El Juli fue el triunfador del festejo nocturno con el que se cerró en México el ciclo del Encuentro Mundial de Novilleros.
Recibió a su primero cargando la suerte en una tanda de verónicas echando la pata p'alante y en el quite volvió a lucir su percal en rítmicas navarras. Con inteligencia y aguante sometió a un ejemplar que salió punteando, rebrincando y distraído, y le obligó a que sacara su casta y con son hiciera un recorrido noble y fijo. Cuajó una faena llena de armonía y pureza en la ejecución de los redondos y naturales, pero sobre todo por la correcta manera de ligarlos para realizar varias series. La templanza de su muleteo se notó en la lentitud con que corrió la mano y barría los lomos del novillo en los forzados de pecho.
Saltillo / El Cuate, El Juli, Jerónimo
Novillos de Real de Saltillo, presentables y cómodos; descastados y mansos, excepto 1º y 2º.El Cuate: aviso y silencio en los dos. El Juli: dos orejas y aplausos. Jerónimo: silencio y aplausos. Plaza de Santa María, 3 de junio, casi lleno.
Bajo una pertinaz lluvia, lidió con esa innata facilidad que le caracteriza al gazapón quinto. Sin quitarle la sarga de la cara , le enhebró meritorios pases por abajo y ambos lados.
A Jerónimo se le vieron las dos caras de su moneda. Pasó apuros en su descompuesto primero pero en el que cerró plaza enseñó buen gusto y clase. Lo saludó con una larga cambiada y continuó con sentidas verónicas. Realizó una señorial labor con la pañosa.
El Cuate desaprovechó lo claro y dócil de su primer oponente. Con el complicado cuarto dio la impresión de falta de recursos.
Babelia
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