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Los arquitectos jóvenes piden participar en la construcción de la futura Barcelona

Son arquitectos de 30 a 40 años. Su objetivo es transmitir un concepto amplio de su oficio que permita una adecuación de la arquitectura a las necesidades físicas y culturales de nuestro tiempo. Su primera acción ha sido pedir a Ferran Mascarell, director del Instituto de Cultura de Barcelona, que la arquitectura sea un grupo de trabajo más dentro del Plan Estratégico del Sector Cultural de la Ciudad. La respuesta del dirigente municipal ha sido afirmativa y ahora los arquitectos debatirán qué aportar al futuro de la ciudad. La ausencia inicial de un grupo de trabajo de arquitectos en el Plan Estratégico del Sector Cultural podría haberse debido al convencimiento por parte de los responsables del Ayuntamiento de Barcelona de que el papel de los arquitectos en la construcción de la nueva Barcelona había finalizado. Pero ésta no es la idea del grupo de arquitectos formado por Vicente Guallar, Félix Arranz, Xavier Costa, Manuel Gausa, Gustau Gili, Felip Pich-Aguilera, José Miguel Roldán, Willy Müller, Enric Ruiz y Jaume Valor, que tienen en su currículo, junto a proyectos de viviendas, una amplia y variada experiencia en aspectos culturales, como la docencia, la edición o la difusión de las nuevas tecnologías. La visión que tienen de su profesión les lleva al convencimiento de que la arquitectura tiene que ser un elemento cultural más y un factor que permita mejorar la calidad de vida. "Existe una inquietud, que se detecta internacionalmente, y las nuevas generaciones de arquitectos buscan el diálogo y la conexión con todo lo que les rodea. Hay una nueva realidad a la que los arquitectos debemos enfrentarnos con un nuevo espíritu", explica Félix Arranz. Los nuevos campos de actuación de los profesionales de la arquitectura, según este grupo, se mueven en el terreno de las ideas y de las actitudes además del de las realizaciones concretas. La respuesta de esta nueva generación de arquitectos responde a una concepción menos egocéntrica de su trabajo. "Nosotros preferimos hablar de arquitectura y no de arquitectos. Barcelona ha vivido durante tiempo un exceso de vedettismo en este ámbito", comenta Pich-Aguilera. Además de la vertiente de reflexión y análisis, el grupo tiene preparados proyectos con los que intentarán lanzar propuestas. Por ejemplo, un libro y la exposición Metápolis. También han puesto en marcha, dentro de la Universidad Internacional, una nueva Escuela de Arquitectura y proyectan la celebración de un foro internacional en el que se debatirán los retos de su profesión.

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