El músico imposible
El crimen mató no sólo al poeta, también nos dejó huérfanos de un músico que pudo renovar el teatro lírico
De entre los varios lorcas presuntos que murieron probables -el cineasta, por ejemplo: está en la pieza a Buster Keaton, estuvo en los varios proyectos de filmes que barajó y quedó, impregnado, en el celuloide vanguardista de José Val del Omar, el amigo de las Misiones Pedagógicas que abrió su filme Fuego en Castilla con una de las citas lorquianas más terribles y proféticas: "En España todas las primaveras viene la muerte y levanta las cortinas"-, de entre todos los lorcas, en fin, que nunca fueron hay uno, quizá, particularmente desgraciado e infeliz, pues se esfumó cuando ya lo rozábamos. "Todo era música en su persona", contó José Moreno Villa, retratando a Lorca sentado al piano del salón de la Residencia de Estudiantes, en Madrid, deslumbrante y fantástico. La misma escena, vista por un fortachón provinciano, entonces basto y rudo, llamado Luis Buñuel: "Ya se pusiera al piano para interpretar a Chopin, ya improvisara una pantomina o una leve escena teatral, Federico era irresistible". Entonces Buñuel, atlético y zoquetudo, no era el melómano -muchos años, wagneriano- que sería luego, ya pulido, tras el influjo de Lorca. Verano del 32, Huerta de San Vicente. Isabel García Lorca ha contado muchas veces que Federico, mientras escribe Bodas de sangre, al atardecer, alterna, ecléctico, dos discos en el gramófono. En uno hay cantes de Tomás Pavón. En el otro suena la Cantata BWV 104 -"Despertad, dice la voz del centinela..."- de Bach. Podemos oír, pues, a un Lorca musical, rítmico. Podemos leer, también, a un Lorca prosódico. Podemos, incluso, ver al compositor Federico García Lorca: en su teatro. La catástrofe de la pérdida de un futuro García Lorca musical está en la muerte simultánea de un nuevo teatro lírico español que, en los años 20-30, quizá pudo haber reemplazado a la zarzuela o a la opereta, ya entonces añejas, caducas, demasiado castizas y, culturalmente, de muy corto alcance. "Mariana Pineda es un libreto de ópera romántica..." o "...en Don Perlimpin, La Zapatera o Bodas... la música va por dentro, es ya la savia misma de la obra", observa ¡en 1933! el otro poeta músico del 27, Gerardo Diego, desvelando la esencia musical del nuevo teatro lírico, aún no nacido, pero que Lorca ya está, por intuición, rondando. Entonces los intelectuales españoles sí pensaban musicalmente. Entonces los intelectuales españoles sí frecuentaban las salas de conciertos, se dejaban seducir por un cante, culto o de pueblo, y proclamaban manifiestos musicales. Entonces la música y la palabra no vivían absortas y escindidas, como ahora. Pudo haber un nuevo teatro lírico nacional, culto y vinculado, a la vez, a la raíz popular -"¡Señores, el alma música del pueblo está en gravísimo peligro... los viejos se llevan al sepulcro tesoros inapreciables de las pasadas generaciones"- advierte Lorca, con una premoción de varias décadas de alcance, en el Centro Artístico de Granada, sobre la tragedia del futuro sin pasado del cante jondo que llegaría luego; osea, ahora. Pudo haber un cierto nuevo flamenco y, sin duda, un nuevo teatro lírico, en ambos, con Lorca dentro, pero la guerra trituró aquella semilla matando a unos, desterrando al resto. Pudo haber un nuevo teatro lírico, el que España no ha poseído casi nunca, y de hecho comenzó a haberlo. Los investigadores -Gibson, Marco, Maurer, Soria, Jorge de Persia...- han detallado la enorme tela de araña de relaciones musicales que Lorca teje con Halffter, con Gerhard, con Mompou, con Bacarisse, con el gran teórico Adolfo Salazar y, sobre todo, con Falla, cuyo encuentro andaluz alienta el despegue de las vanguardias tanto como otros emparejamientos más célebres por ser exclusivamente literarios. Vanguardias Nunca sabremos ya qué habría sido de aquel nuevo teatro musical español como tampoco sabremos qué pudo ser del flamenco después de que Falla y Lorca irrumpieran en él tiznándolo de su pátina culta, literaria, imnovadora. Podemos, sólo, imaginar que habría sido un teatro distinto, abierto, cosmopolita, vinculado a las vanguardias francesas -además de Albeniz, a Lorca le fascinaba Debussy y Gerardo Diego emparentó sus Canciones con Ravel o Bartok, entonces, el único futuro posible del atorado momento musical de la época-, podemos soñar con un Lorca musicalmente maduro, muy lejano del principiante de aquella Serenata a la Alhambra que esbozó de adolescente y que ahora, a la vuelta del tiempo, no nos dice nada de su fuerza musical, pues es apenas la aproximación de un novato al que prohibieron madurar musicalmente: primero, los padres, que siegan su sueño adolescente (rematar sus estudios de piano en el Conservatorio de París) y, luego, la rebelión fascista y la guerra. Podemos soñar con un Lorca estilizante de la base musical folclórica andaluza y banderín del nuevo teatro musical de la República -esa Lola la comedianta, con partitura de Falla, que quedó fatalmente esbozada por el vértigo de la época-. Podemos soñar con un dramaturgo que ideaba sus dramas desde el aliento de la música empujado por su arte total. Podemos imaginar, en fin, un Lorca musical imposible.El agitador
La actitud de inequivoco compromiso con la cultura popular que encarna la Repúblice lleva a Lorca a hacerse cargo, a petición del Gobierno, del grupo teatral La Barraca, una de las "misiones pedagógicas" organizadas para llevar la cultura hasta el último pueblo de España que tiene otras vertientes -el cine, por ejemplo- en las que participan granadinos como José Val del Omar. Es durante esos cinco años de actividad vertiginosa, cuando Lorca acumula ya el rechazo frontal de la derecha española, muy hostil hacia su entusiasmo por convertir a la cultura en un bien accesible, popular sin dejar de ser artístico e, incluso, barato. Ese trabajo -asumido, como se ve en la imagen, como un obrero- trae a Lorca un éxito que sólo le acrecienta odio.
El artista múltiple
Desde el primer momento, Lorca representa el ideal del artista total. Escribe, compone, interpreta música, dibuja, diseña, escribe un fascinante guión de cine -"Viaje a la Luna": el proyecto ha tardado más de 60 años en poder ser filmado-, prácticamente no hay un registro artístico que escape a su genio hiperactivo y nervioso. En la Residencia de Estudiantes de Madrid -y, antes, influenciado por las diferentes inclinaciones artísticas de su familia- Federico tiene acceso al grupo privilegiado de creadores que encarnará el espíritu vanguardista del 27: Dalí, Lorca, Moreno Villa... De sus múltiples inclinaciones extraliterarias, la Casa de Fuente Vaqueros guarda, entre otros, este bordado tejido sobre un dibujo original de García Lorca.
La agenda andaluza de un año lorquiano
"Bodas de sangre" y "Peer Gynt" El Centro Andaluz de Teatro y el Norrbottens Teatern de Suecia han realizado un taller de investigación sobre textos de Lorca e Ibsen próximos en sus planteamientos dramatúrgicos. El espectáculo se estrenará en el Festival Internacional de Granada, en octubre. "Vals patético" La Compañía Andaluza de Danza estrena una coreografía basada en un poema de Lorca, con dirección de José Antonio y música de Leonard Cohen en versión de Enrique Morente. Estreno en el Festival de Música y Danza de Granada, en el que se interpretarán piezas musicales inspiradas en el poeta (del 19 de junio al 5 de julio). La Barraca Exposición del Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía sobre la labor del poeta al frente de la compañía de teatro universitario La Barraca. Incluye la exhibición en vídeo de obras del autor granadino montadas por el CAT. Se podrá ver en distintas localidades de la geografía andaluza. Autores dramáticos andaluces El Centro de Documentación de las Artes Escénicas publicará este año un Catálogo de autores dramáticos andaluces 1898-1998, que incluirá a 300 dramaturgos andaluces, menos conocidos que Lorca, pero que han realizado una aportación valiosa al teatro andaluz. Orquestas andaluzas Dentro de la programación del Circuito Andaluz de Música, la Orquesta de Córdoba estrenará una obra sinfónica sobre el poeta en octubre y realizará una gira de conciertos en otoño con la obra Pasodoble, de Luis de Pablo, así como un ciclo de canciones. La Orquesta Ciudad de Granada interpreta hoy en Fuentevaqueros la obra de Luigi Nono Y la sangre ya viene cantando, y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla estrenará en este segundo semestre Poeta en Nueva York (siete poemas para orquesta). Elvis Costelo El 12 de junio, la Huerta de San Vicente será escenario de un concierto de Costelo y el cuarteto Brodsky con canciones basadas en su Poeta en N. York
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Compañía Andaluza de Danza
- Sinfónica Sevilla
- Cantantes
- Enrique Morente
- Conciertos
- Música clásica
- Orquestas
- Salas teatro
- Rock
- Flamenco
- Escritores
- Danza
- Eventos musicales
- Federico García Lorca
- Premios
- Dramaturgos
- Poetas
- Comunidades autónomas
- Andalucía
- Generación del 27
- Estilos musicales
- Teatro
- Poesía
- Movimientos literarios
- Literatura española