Los alumnos de otras regiones disponen de 800 asientos más

Las aulas madrileñas serán el próximo año, dentro de lo que cabe, un poco más heterogéneas que en este curso que agoniza. Ello se debe a que las universidades públicas de la región han reservado 3.456 plazas (el 7,2% del total) para alumnos del llamado distrito compartido, es decir, provenientes de allende los límites regionales. Los universitarios foráneos eran este año 2.670, casi 800 menos.

El tema del distrito compartido es siempre motivo de acalorada discusión entre los distintos centros. El Consejo de Universidades aconseja la reserva de un mínimo del 5% de plazas para alumnos de otras comunidades, pero el porcentaje definitivo ya es una cuestión de criterio y de la generosidad de cada cual. En este sentido, tanto el consejero de Educación, Gustavo Villapalos, como su director general de Universidades, Vicente Ortega, han encarnado siempre una línea de liberalidad: les encantaría que en un futuro no muy lejano se implantara el distrito abierto (que cada cual pida estudiar donde le plazca, lo que potenciaría la competitividad entre los distintos campus), y de momento abrirán su región universitaria a las dos Castillas con vistas al curso 1999-2000.

La labor de persuasión de los dirigentes regionales ha dado sus resultados, sobre todo, en el caso de la Universidad Politécnica. Este centro, que acumula los mayores porcentajes de excelencia entre el alumnado, racaneó el año pasado y sólo les guardó 258 plazas (el 3,2%) a los alumnos de fuera. Para este próximo curso, la cuota se eleva hasta el 6,2%: 481 chavales.

El mayor índice de generosidad lo enarbola la Universidad de Alcalá, con un 9% de asientos destinados a los alumnos de otras regiones, seguida por la Carlos III (8,5%), que el año pasado había reservado cerca del 13%. Tanto la Autónoma como la Complutense están en el 7,1%, y la Rey Juan Carlos se conforma con un 5,6%.