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Un viento inconveniente

El fuerte viento que azota a la costa gaditana de La Janda vuelve a convertirse, a la vez, en virtud y defecto. Las empresas dedicadas a la producción de energía eólica han vuelto sus ojos hacia esos siete municipios -Vejer, Barbate, Conil, Paterna, Benalup-Casas Viejas , Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules, los cuatro últimos de interior- después de que el litoral de Tarifa se haya convertido en una alfombra de aspas y acumuladores. La saturación del territorio y la especial protección medioambiental de la zona para las migraciones de aves desvían las futuras inversiones hacia el noroeste de la provincia. En lo filosófico, la unanimidad es total: los ayuntamientos, la Junta de Andalucía, los vecinos, los grupos ecologistas y los partidos políticos apuestan por las energías renovables, entre las que se encuentra la eólica. Una fuente energética natural bien subvencionada por la Unión Europea que permite la reducción de las emisiones de óxido de azufre, de óxido de nitrógeno, de hidrocarburos y de dióxido de carbono. Hasta ahí, todo correcto. Pero el diseño de cuatro empresas (Desarrollos Eólicos, Wind Ibérica, Nuinsa, con capital de Sevillana, y Wind Power Andaluz) para la comarca conocida como La Janda se verá seriamente limitado, condicionado y, en la mayoría de los casos, no pasará del papel. Los ayuntamientos han decidido no dar ni una sola licencia de obras hasta que se redacte un Plan de Desarrollo Eólico en la Comarca de La Janda. Antes de ocho meses, ninguna obra podrá comenzar. Y todo pese a que la Junta de Andalucía, a través de la Delegación Provincial de Industria, ha autorizado ya la implantación de cuatro parques de aerogeneradores a la empresa Desarrollos Eólicos (capital íntegro del grupo Abengoa). "Sabemos que, en algún caso, podemos incurrir en la prevaricación, pero nuestra decisión firme", ha llegado admitir uno de los alcaldes afectados ante tal situación. Sólo la citada empresa prevé instalar 350 torres con aerogeneradores de tres palas con una altura que alcanza los 50 metros. Las dudas que han surgido en las administraciones locales proceden fundamentalmente del impacto paisajístico que tendrán los modernos molinos de viento. La plataforma Vecinal de La Janda y el Campo de Gibraltar ha sido la más beligerante y la que, con su presión, está modificando la actuación de las administraciones. La patronal de la Hostelería (HORECA) también ha contribuido a poner en cuarentena estas inversiones. Desarrollos Eólicos anunció recientemente una inversión de 15.000 millones de pesetas en la construcción de seis parques en Vejer, con la creación de 350 empleos directos y 700 indirectos. Unos datos que no se cree casi nadie. "Estamos ante unas inversiones especulativas", avisa José Luis Tirado, portavoz de la Plataforma vecinal. Este colectivo exige que el Parlamento andaluz apruebe una ley reguladora para este tipo de instalaciones. "La zonificación que van a llevar a cabo los ayuntamientos es insuficiente", agrega. Lo ideal, para los vecinos, es que estos parques eólicos sirvan para autoabastecer a las poblaciones, "no más allá, porque entonces se convierten en un agresión al paisaje y al principal recurso económico como es el turismo", agrega Tirado. La plataforma tiene más dudas sobre los proyectos que se tramitan: los estudios de impacto ambiental son incompletos, no contemplan los aspectos socioeconómicos de la zona y "actúan con secretismo", añaden a la lista de presuntos agravios. Por el contrario, Desarrollos Eólicos presenta su actividad de otro modo bien distinto. "La energía eólica es limpia, autóctona, crea empleo, genera riqueza, no perjudica ni a los cultivos ni a la ganadería, no genera residuos, no es contaminante y anticipa el futuro habida cuenta de la recomendación de la Unión Europea para su paulatina implantación con el objeto de reducir la emisión de gases que dañan la capa de ozono". 1.350 aerogeneradores Industria ha aprobado cuatro proyectos -que seguirán paralizados de momento- y tiene sobre la mesa otras 21 peticiones de parques eólicos, según la información oficial. De ejecutarse todos, La Janda quedaría cubierta con 1.350 aerogeneradores. Los vecinos tienen otros datos: dicen que hay 89 parques pendientes que supondría una producción de 1.500 megavatios. El director general de Industria de la Junta, Francisco Mencías, despejó la duda a los alcaldes afectados en una reunión mantenida recientemente en Cádiz. La producción máxima total en la zona será de 200 megavatios, lo que equivale a un total de 300 molinos con 650 kilovatios de potencia máxima cada uno. La falta de legislación específica ha conducido la bifurcación de las actuaciones. Los servicios jurídicos de la Diputación provincial llegaron a estudiar incluso la cobertura que tendría una posible tasa por el uso del aire, lo que finalmente resultó imposible. En la misma reunión, Mencías tuvo que escuchar cómo los alcaldes exigían el control de todo el proceso burocrático que afecta a estas instalaciones, para evitar, precisamente, lo que ha ocurrido: que mientras que la Junta concede autorizaciones, los municipios no conceden licencias de obras. Incluso, con rapidez, algunos ayuntamientos han modificado sus normas subsidiarias y sus planeamientos para vacunarse contra estas inversiones en una energía limpia que "puede convertirse en un problema", señala un alcalde gaditano.

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