"Las tertulias de Madrid han sido mi universidad"

Su especial encanto con las mujeres y su atractivo físico le han convertido en uno de los galanes del cine y la televisión españoles. Eso al menos afirman los incondicionales seguidores de Arturo Fernández. El balcón del Ayuntamiento de Madrid lució este año su acento asturiano durante el pregón de las Fiestas de San Isidro. Arturo Fernández, actor y empresario teatral, nació en Gijón el 2 de febrero de 1930. Con tan solo 19 años se trasladó a Madrid con la idea de ser actor. Su debú llegó bajo la dirección de Modesto Higueras en 1954. Siete años más tarde ganó el premio nacional del Sindicato del Espectáculo. Una de las obras que más tiempo permaneció en cartel la estrenó en octubre de 1986, Pato a la naranja. Cinco años más tarde intervino, junto a Isabel Pantoja, en la película El día que nací yo. En la actualidad es el protagonista de la serie de Antena 3 La casa de los líos, junto con Lola Herrera y Florinda Chico. Divorciado y padre de tres hijos, vive con su mujer, Carmen Quesada, en San Sebastián de los Reyes. Pregunta. ¿Cómo se siente un asturiano como usted en Madrid?Respuesta. Muy bien. Madrid es una ciudad que ha acogido a muchísimos asturianos, al igual que a gente de muchas partes, con la misma hospitalidad, con el mismo cariño, sin hacer distinciones. Mi corazón y mis raíces están en Asturias, pero creo que se puede querer a dos tierras a la vez y no estar loco.

P. ¿Qué ha significado para usted ser pregonero de Madrid?

R. Ha significado un enorme ejercicio de responsabilidad para no defraudar al público que no sabía lo que esperaba de mí y para no desilusionar al Ayuntamiento, que depositó en mí su confianza.

P. ¿Han influido sus tendencias políticas para pregonar las fiestas?

R. Pues no lo sé, porque después de mí actuó Sara Montiel. Creo que este Ayuntamiento no mira la afiliación política. En mi opinión, se buscan personas más o menos populares. Ahí tiene un papel destacado la televisión, que es el medio donde te haces popular.

P. ¿Qué es lo que menos y más le gusta de la capital?

R. Lo que menos, el tráfico, y lo que más, el sentimiento de hospitalidad y esa unión de lo que era el Madrid de antes, esa vecindad que ha llevado a que cada vez sea más cosmopolita.

P. ¿Qué recuperaría del Madrid de hace 40 años?

R. Las tertulias, con todo lo que ello implicaba. Teníamos tiempo para charlar y para estar con amigos. Todo eso ha desaparecido. En mi caso, las tertulias, sobre todo las del Café Gijón, han sido mi universidad. Creo que hay que recuperarlas y que la gente de hecho quiere escuchar. Siempre es muy agradable oír a quien tiene el don de las palabras y de las ideas. Eso sí, reconozco que es difícil sacar tiempo para ellas.