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Los escombros del héroe cubano

Como en todos los funerales, los parientes y amigos del difunto rodeaban el féretro y compartían silencios y pesadumbres. Mientras, la persona que oficiaba la ceremonia iba desgranando, con un punto de emoción, las virtudes del finado: "Tenía seis siglos de historia, pinturas medievales y fue el hogar de los antepasados del héroe nacional de Cuba, José Martí". A falta de cura, Eduard Pérez, de la Facultad de Geografía e Historia, ejerció ayer de orador ante el medio millar de asistentes a las exequias simbólicas por las alquerías y la huerta del Pouet de Campanar, en Valencia. Un grillete de brazos rodeó a mediodía la maltrecha alquería del Foraster. Las piquetas no acabaron su trabajo el pasado lunes porque se interpusieron en su camino el dueño y varios conservacionistas. Pero la constructora Onofre Miguel prevé reducirla a un amasijo de escombros en los próximos días. Igual que hizo con la alquería de Barberá, donde vivió la familia de José Martí. Los asistentes, convocados por el Foro por una Valencia Sostenible y la plataforma Salvem El Pouet, aplaudieron las palabras de Eduard Pérez: "Con tristeza, tenemos que felicitar a la UE por no designar a Valencia capital cultural europea, porque sus políticos no han respetado la historia", protestó, y recordó la "responsabilidad" de la alcaldesa Rita Barberá y la directora general de Patrimonio, Carmen Pérez. "Han ignorado el acuerdo unánime de las Cortes que instaba al Consell a designar el Pouet como conjunto histórico y paisajístico", lamentó Glòria Marcos, de Esquerra Unida. Su partido está indignado por la acumulación del suelo urbanizable "en manos de cuatro empresarios especuladores". Una paella para 800 comensales, conferencias, un concierto de folk y un corte de la avenida del Maestro Rodrigo completaron la protesta. A punto de ser expropiada de la alquería del Rey, Conxa Aguilar se refugiaba en los versos de Miguel Hernández para expresar su sensación de desarraigo: "Tenemos los pies como raíces".

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