Lío agrio

DE PASADA Aquí lo que hay que hacer es convocar unas primarias para ver quién dimite por el desastre de Aznalcóllar, de modo y manera que la dimisión se democratice, que las bases participen en la crisis de gobierno, que se presente una alternativa creíble a los ceses que propone la cúpula, que no se sabe cuáles son. Entonces, si el aparato dice que tiene que dimitir Guillermo Gutiérrez, por poner un ejemplo tonto, pues seguro que el que sale destituido es Javier Torres-Vela, que tiene que ver con los lodos tóxicos lo mismo que la inteligencia emocional con el portavoz del Gobierno Rodrigálvarez, más o menos. Lo que pasa es que ésta es una iniciativa innovadora y siempre surgen leves discrepancias, pequeñas desavenencias, ínfimos duelos a navaja. Por ejemplo, está la corriente diversionista, que sostiene que el que tiene que dimitir es Rojas-Marcos, ya que, al ser del PA, pues así no salpica a los socialistas, que ahora no tienen tiempo para estas colosales estupideces. Pero un momento, ¿cómo se va a someter a unas primarias la dimisión de Rojas-Marcos, que no es del PSOE? Arrea, ahora sí que la hemos hecho. Desde luego, es que podían haber pensado en esta contingencia antes de redactar el Manual del perfecto dimisionario, que a este paso se va a quedar en papel mojado. Y el efecto Torres-Vela, a tomar por el canal de aguas mínimas, no me fastidies. Entre tanto, las encuestas oficiales siguen dando ganadores a los lodos tóxicos, muy por encima de los grupos mixtos, de las altas velocidades y de las bajas compatibilidades. A la política andaluza se le ha puesto el pH por los suelos, y esto no lo levanta ni una sobredosis del empalmante vitaminado, que es como una ruleta rusa del amor. Y los demás partidos siguen haciendo caso omiso, porque dicen que ellos ya tienen sus dimisiones muy consolidadas, y que tampoco es cosa de ir por ahí haciendo el ganso. Ya veremos qué pasa en el debate del estado de la polución.
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