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CRISIS EN ASIA

En busca del gran mercado

España intenta recuperar el terreno perdido y conseguir nuevos contratos con China

La delegación española, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, que recorría la pasada semana el barrio financiero de Shanghai, Pudong, admiraba boquiabierta el bosque de rascacielos surgido, como un oasis capitalista, durante la última década en este enclave, símbolo de la modernidad china. Ese bosque de cristal y acero, en el que destaca el edificio de la Bolsa, un sólido bloque de cristal azul perforado en su centro por un hueco rectangular, que da un aire metafísico a ese templo de las plusvalías, no podía ocultar, sin embargo, la realidad compleja de una sociedad de partido único, en la que la mitad de la población vive de la agricultura, y que lucha por abandonar el Tercer Mundo y hacerse un lugar en el mercado internacional.La visita de Matutes, flanqueado por la plana mayor de su ministerio, no tenía otro objetivo que potenciar la presencia española en ese mercado y recomponer una balanza comercial vencida del lado chino en los últimos años. China es en la actualidad el segundo socio de España en Asia, después de Japón, y en términos absolutos ocupa el puesto número 12, con un 1,36% del montante total del comercio exterior de España. En opinión del Ministerio de Asuntos Exteriores, España está muy por debajo de lo que hacen en China otros socios europeos y los principales países industrializados.

En 1977, España exportó a China productos por valor de 71.335 millones de pesetas e importó por valor de 424.013 millones de pesetas. La inversión española tampoco alcanza cifras significativas, pero cada vez es mayor el número de empresas, sobre todo de tipo medio, que van a China a invertir con voluntad de permanecer en el mercado. Matutes pudo escuchar tanto en Shanghai como en Pekín a los representantes de Agrolimen, Nutrexpa, Derbi, Irizar, Panrico, Roca o Torres, por citar a algunos, cuyas empresas que operan con éxito en China.

Por ejemplo, Nutrexpa, productora del Cola-Cao, ve su producto estrella no sólo imitado, sino falsificado en el mercado chino. Fotocopias en color de la etiqueta del Cola-Cao envuelven un bote de características similares que encierra, sin embargo, un producto de peor calidad. Es el precio de un éxito que empieza a vislumbrar Panrico, que vende ya más de 60.000 donuts diariamente en Pekín.

En China existen establecidas alrededor de 35 empresas españolas con oficinas de representación. En abril del pasado año, Mondragon Corporation Cooperativa (MCC), que agrupa a empresas como Irizar, Danobat, Fagor, abrió una sede de representación en Pekín, mientras que el Banco de Santander ha inaugurado en Shanghai una segunda oficina de representación en China y busca conseguir una licencia del Banco Popular de China para tener una oficina operativa.

Las peticiones formuladas por los empresarios españoles al ministro Matutes fueron claras y coincidentes: mayor apoyo político y comercial en las negociaciones con la compleja burocracia china y mayor presencia de la "imagen de país" en la sociedad china, donde el desconocimiento sobre España, y sobre su capacidad tecnológica e industrial, es evidente. "El esfuerzo de la Administración en China ha sido considerable tanto por el volumen de las facilidades financieras puestas a disposición de China -3.000 millones de dólares- en la última década en forma de créditos mixtos, como de promociones comerciales que culminaron en la Expotecnia de Pekín, en el verano de 1994", señaló un portavoz de Exteriores. "El problema es la continuidad, la falta de tenacidad necesaria para consolidar los avances logrados", añadió.

Desde el pasado mes de noviembre, cuando se abrió una línea de 600 millones de dólares en créditos mixtos, se han utilizado 107 millones en proyectos como los del aeropuerto de Shenyang, plantas de energía eólica en Tongyu y Yingkou, una planta de formol en Pekín, telecomunicación rural en Sichuan, control de tráfico en la autopista de Nanjing, a cargo de las empresas Indra y Expansión Exterior, Made, Mediterránea de Ingeniería, Alcatel y Cadagua.

El Icex ha elaborado un plan conocido como China 2005 con el objeto de aumentar el interés de los exportadores en China, impulsar los acuerdos de cooperación financiera y mejorar la imagen de España. Cuatro grupos de trabajo, formados por empresarios españoles y chinos, analizarán las oportunidades en sectores como el agroalimentario, energía, infraestructuras de transportes y medio ambiente. Las empresas presentarán sus ofertas y la contraparte china determinará cuáles son las que le interesan.

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