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Reportaje:

Acampada festiva para trabajar menos

Medio millar de personas levantan 60 tiendas en la Casa de Campo para exigir las 35 horas semanales

El número 35 se ha convertido en una cifra mágica para trabajadores y sindicatos. Ambos colectivos reclaman la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales. Izquierda Unida se sumó a esta reivindicación durante el fin de semana y convocó a los interesados a una acampada festiva de 35 horas de duración para luchar contra el paro y modificar la normativa para conseguir la reducción de la jornada laboral.Sobre una explanada de media hectárea se levantó un heterogéneo campamento de 60 tiendas, con duchas y aseos. Abundaron los armazones canadienses y los de tipo iglú, aunque hubo quien se trajo una caravana para mayor comodidad.

A unos cien metros de los frágiles alojamientos de tela surgía un escenario adosado a varios chiringuitos de bebida barata y puestos de venta de libros y artículos de partidos de izquierda.

Un tremendo chaparrón inauguró la acampada. La fiesta comenzó así pasada por agua. "Si no hubiese sido por la tormenta habríamos llegado a cien tiendas", se lamentaban los organizadores.

Noa, Álex, Miguel y Silvia, cuatro jóvenes parados de entre 19 y 21 años, discutían ayer entre las tiendas tras pasar la noche medio despiertos: "A mí, lo de las 35 horas me parece que es una forma de crear más contratos basura", sugería Noa. Álex contestaba: "Al menos, así habrá más igualdad para todos".

Antonio Terromes, miembro de IU de Latina, se llevó a su perro a la acampada para estar como "en casa". "Estamos aquí porque hay que repartir más el trabajo", decía. A las puertas de otra tienda, un joven se liaba un canuto. "Mira, yo no tengo trabajo", argumentaba. "Con estos propósitos, seguro que a todos nos tocará algo".

El Colectivo Gay de Liberación Sexual exhibió en la fiesta sus ideas contra el paro: "Repartir empleo en una situación de crisis es una solución imaginativa", decía a los visitantes uno de sus componentes, un albañil que trabaja 10 horas diarias por 150.000 pesetas al mes.

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Hubo debates en los que participaron políticos, sindicalistas y hasta responsables de la ley que regula en Francia la jornada laboral de 35 horas. Se proyectaron películas donde el paro era un elemento recurrente, como Full Monty y Rif Raf.

El penúltimo acto de la fiesta fue un mitin de Ángel Pérez, coordinador regional de IU. "La verdadera amenaza en la seguridad de la gente está en la flexibilidad brutal del mercado de trabajo. En Madrid se hacen 1.100.000 contratos de trabajo al año y no se crean esos mismos puestos. Para cada nuevo empleo se precisan del orden de 20 a 25 contratos, al ser la mayoría temporales y precarios".

Con la música de Tontxu, Lagartija Nick y Rosendo se desarmó a buen ritmo el campamento, levantado con un objetivo laboral: reducir las horas de trabajo en todas las empresas.

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