El fiscal pide 18 años de cárcel para el presunto autor del crimen de Barquillo
La fiscalía de Madrid solicita un total de 18 años de cárcel por dos homicidios -uno de ellos, en grado de tentativa- para Rafael Ballarín Beragua, de 21 años, supuesto autor del crimen de la calle de Barquillo, ocurrido en la madrugada del 1 de diciembre de 1996. El fiscal considera que Ballarín debe ser condenado a 12 años de cárcel por matar de una cuchillada en el tórax a Alberto Guindo y a otros seis años por el intento de homicidio de Roberto Daniel Iglesias, amigo de la víctima.
Por su parte, la defensa reclama la absolución por entender que Ballarín actuó en legítima defensa.Rafael Ballarín Beragua, sin antecedentes penales, caminaba con una amiga por la calle de Barquillo el 1 de diciembre de 1996. Sobre las 5.30, según el relato del fiscal, ambos se cruzaron con un grupo de seis jóvenes, entre los que iba Alberto Guindo. En el momento de cruzarse, "algunos integrantes del grupo pronunciaron comentarios despectivos en voz alta acerca de la vestimenta del procesado", que "iba ataviado con emblemas y símbolos propios de los punkis", señala el fiscal.
Los despectivos comentarios -"mira ese guarro"...- dieron "lugar a un enfrentamiento verbal con intercambio de insultos". El "tono subió" y el inicial y recíproco "intercambio de insultos" derivó "en un abierto enfrentamiento físico". El procesado esgrimió entonces una navaja y asestó una cuchillada en el costado a Alberto Guindo, que murió "a los pocos minutos".
"A continuación", según la reconstrucción de los hechos que hace el fiscal, " Ballarín se dirigió a Roberto Iglesias" y, también con ánimo homicida, le dio otra cuchillada. Le lesionó "el peritoneo" y le "seccionó la arteria y vena epigástricas". Iglesias precisó asistencia médica durante 40 días para recuperarse de las heridas. La familia de la víctima reclama un total de 23 años de prisión para el procesado.
Mala suerte
El abogado de Rafael Ballarín, Endika Zulueta, asegura que, "en las circunstancias" de su cliente, "sin duda alguna, cualquier persona habría actuado de la misma manera".Los hechos ocurridos en la calle de Barquillo aquella madrugada de diciembre de 1996 fueron consecuencia "de la mala suerte", según Zulueta, que hizo que su cliente y su amiga se cruzaran en el camino de los seis jóvenes, que ese día habían asistido a un partido de fútbol en el Vicente Calderón y que, según el abogado, "decidieron acabar la noche agrediéndole a él, simplemente porque no les gustaba su aspecto de campesino, con cierto aire punki".
El acusado es de un pueblo de Huesca y era la primera vez que visitaba Madrid. "La chica intentó defender a Rafael [el procesado] y también fue golpeada. Rafael no entendía nada. Seis desconocidos le golpeaban con saña... Rafael pensó que o hacía algo o le mataban a él y a su compañera. Se vio forzado a utilizar la navaja que traía del pueblo y que usan todos los habitantes del Alto Aragón", explica Zulueta.
El letrado recuerda que en esa época se produjo una cadena de muertes violentas cometidas por grupos urbanos.
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