El nuevo Defensor del Pueblo de Rusia apoya la pena de muerte
Rusia, después de más de tres años, tiene nuevamente un Defensor del Pueblo: Oleg Mirónov. Esta noticia, que debería traer esperanzas a las decenas de miles de ciudadanos que ven pisoteados sus derechos, en realidad ha despertado, en el mejor de los casos, sonrisas amargas, y en el peor, rabia y desesperación.El problema es que Mirónov, diputado de la Duma Estatal, nunca ha sido un activista de los derechos humanos. Más bien al contrario: miembro del Comité Central del Partido Comunista de Rusia (PCR), ha defendido públicamente la pena de muerte y se ha mostrado en contra de su abolición, ya que la considera un instrumento eficaz contra la delincuencia en aumento; apoyó la guerra en Chechenia y votó, en 1965, a favor de destituir a su antecesor, Serguéi Kovaliov, uno de los más feroces críticos de esa guerra (llegó a calificar al presidente Borís Yeltsin de «criminal constitucional») y un luchador de toda la vida por los derechos humanos, que sufrió en la piel el gulag soviético.
La elección ha sido posible gracias a la confabulación del movimiento progubernamental Nuestra Casa es Rusia (NCR) y del Partido Comunista. «Ahora tendremos un nuevo abogado de las ideas comunistas en lugar de un abogado de los derechos humanos», ha afirmado el presidente de la Comisión de Indultos, el novelista Anatoli Pristavkin.
Por lo demás, el líder comunista Guennadi Ziugánov dijo ayer que el congreso extraordinario celebrado por su partido aprobó la decisión de comenzar el procedimiento de juicio político contra Yeltsin. Dentro de diez días la Duma deberá votar el acta de acusación contra el presidente ruso, que prácticamente no tiene posibilidades de prosperar.
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