Bono intenta lograr un acuerdo entre Almunia y Borrell que evite un congreso extraordinario

José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, se ha impuesto la tarea de convencer al candidato socialista a La Moncloa, José Borrell, de que tiene el apoyo de todo el partido y no sólo de quienes le respaldaron en las elecciones primarias frente al secretario general, Joaquín Almunia. Bono y otros dirigentes regionales temen que el conflicto desencadenado en la Federación Socialista Madrileña (FSM) por su pacto con Nueva Izquierda, haya colocado en polos enfrentados a Almunia y a Borrell y que, de no zanjar el incidente, se abra una crisis que abocaría al PSOE a un congreso extraordinario.

Quienes defienden el acuerdo alcanzado por el secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky, con el partido Democrático de la Nueva Izquierda para que Cristina Almeida sea candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid en representación del PSOE y del PDNI, consideraban ayer que sus fuerzas sumaban entre un 55 o un 60% y daban por sentado que el acuerdo saldría adelante. Incluso contaban con que, desde el sector que se opone al pacto, se descolgasen votos a su favor.Pero el conflicto de la FSM se ha extendido ya a todas las federaciones socialistas debido a la posición que respecto a él han tomado el secretario general del PSOE y el candidato socialista a La Moncloa. El pacto con el PDNI no sólo tiene el respaldo de Almunia y de la ejecutiva del PSOE, sino que la propia cúpula del partido participó en el acuerdo. En cambio, Borrell no se ha sumado gozoso al pacto con el PDNI y se ha decantado por una fórmula que permita "compaginar el pacto con la celebración de primarias" para que no haya vencedores ni vencidos en el conflicto.

En vista de la falta de sintonía del candidato y el secretario general, José Bono se ha puesto a trabajar para acercar posiciones. Generosidad, flexibilidad y lealtad son palabras que ha transmitido a Borrell en una conversación privada, que tendrá su continuación el próximo lunes en un almuerzo al que también acudirá el presidente de Andalucía, Manuel Chaves. La cita, que será un día después de que los socialistas madrileños voten el pacto con el PDNI, ha sido convocada por Borrell, lo que demuestra su interés por mantener buenas relaciones con las dos federaciones en las que fue por a Almunia en las primarias.

Todos los dirigentes regionales son conscientes de la trascendencia que tiene el hecho de que el secretario general y el candidato discrepen. Bono aprovechará la reunión de la ejecutiva federal el lunes y la reunión que horas después celebrará el Consejo Político Territorial, foro de todos los barones regionales, para llamar a la unidad e intentar desvanecer los resquemores entre Borrell y Almunia, según dirigentes de distintas federaciones que conocen sus planes.

En su conversación del pasado viernes con Borrell, Bono transmitió al candidato que quienes no le apoyaron en las primarias están dispuestos a mostrarle todo su respaldo, pero que es necesario que deponga su actitud de desconfianza. El presidente castellano-manchego ha comentado a personas de su entorno que, si no se pone fin a las tiranteces, el PSOE estará abocado a un congreso extraordinario, perdiendo energías destinadas a intentar la victoria electoral.

Excluido del acuerdo

Borrell le escuchó con atención y se mostró favorable al acuerdo, pero no pudo evitar deslizar algunos reproches hacia la actual ejecutiva. Los interlocutores consultados señalan que Borrell, simple y llanamente, expuso su deseo de estar "en la toma de decisiones". Para empezar, no se siente concernido por el acuerdo de Almunia y Lissavetzky con el PDNI porque lo conoció una vez sellado. Además, la actitud de Borrell al defender las primarias y el pacto a la vez le ha situado junto al sector crítico del socialismo madrileño, formado por guerristas, Izquierda Socialista y los llamados borrellistas o sabandeños, en alusión al ex consejero de Sanidad Pedro Sabando, miembro del comité de apoyo a Borrell en las primarias. Quienes están a favor del acuerdo con el PDNI meten a los sectores arriba mencionados en el saco del guerrismo y sugieren que Borrell se ha visto atrapado en el intento de los partidarios del ex vicesecretario general del PSOE de recuperar el poder perdido en el 34º Congreso.Borrell estará hoy en Bilbao en un acto del PSE mientras en Madrid los 624 miembros del comité regional de la FSM estén votando a favor o en contra del pacto suscrito por Lissavetzky con Nueva Izquierda y que elimina para la Comunidad de Madrid la celebración de primarias, aunque este proceso de designación sí se realizará para el Ayuntamiento de la capital.

Por su parte, la corriente Izquierda Socialista tiene ya preparada la propuesta que contrapondrán a la que presente Lissavetzky. En síntesis, pretenden que haya primarias para la Comunidad de Madrid y que la votación se celebre el próximo 27 de junio. A continuación se dice que la FSM podrá promover acuerdos con las fuerzas políticas de izquierda y especialmente con el PDNI.

Precisamente, el Consejo Político Regional del PDNI de Madrid aprobó ayer casi por unanimidad -54 votos a favor y tres abstenciones- el pacto con la FSM para que Cristina Almeida sea candidata a la presidencia de Madrid. El acuerdo fue tachado ayer de "escasamente democrático" por Francisco Frutos, dirigente del PCE, por ser un pacto con personas que practican el transfuguismo político, en alusión a la salida del PDNI de las filas de IU.