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Unas 400 personas participan en la romería de Vallibona a Penya-roja

Alrededor de 400 personas, sobre todo vecinos y descendientes de vallibonenses, recorrieron ayer en romería los 35 kilómetros que separan las localidades de Vallibona y Penya-roja de Tastavins, cumpliendo así con una tradición que se remonta al siglo XIV y que desde entonces se ha venido celebrando (con excepciones) cada siete años. En algunas ocasiones a lo largo de estos seis siglos la rogativa se ha efectuado en coche o con una participación meramente testimonial.

En esta ocasión, el tiempo acompañó a los caminantes, que tardaron algo más de siete horas en realizar el recorrido de la rogativa. Dice la leyenda que hace seis siglos, cuando la peste asoló la zona, el pueblo de Vallibona se quedó sin mujeres fértiles. Alarmados ante la posibilidad de que se extinguiera el asentamiento, siete jóvenes vallibonenses partieron en busca de pareja con la que tener descendencia. Tras recorrer varias localidades, como Coratxar, Boixar y Castell de Cabres, sin encontrar a su media naranja, fueron a recaer en la casa de una viuda de la localidad de Penya-roja de Tastavins que, casualmente, cuidaba de siete huérfanas. El resto, como dice el cuento, fue coser y cantar. Desde entonces ambos pueblos están hermanados y conservan una de las romerías más antiguas de toda la Comunidad Valenciana. A primera hora de la mañana de ayer, y tras escuchar los llamados toques de rogativa la peregrinación partió hacia Penya-roja de Tastavins, en Teruel. La rogativa recorre un precioso paraje que llega hasta los 1.300 metros de altitud y que atraviesa cuatro términos municipales. Como marca el guión de la romería, a las 10.30 horas los peregrinos tomaron un almuerzo en el Mas Roig, y a las 13.30 comieron en la Font Freda. La llegada a Penya-roja se produjo alrededor de las cinco de la tarde. En el punto de encuentro, el pont Xafat, como marca la tradición, los alcaldes de las dos localidades intercambiaron las varas de mando y el de Vallibona, Wenceslao Fonollosa, recibió el Santo Cristo y el guió de la Mare de Deu de manos de Roman Roda, primer edil de Penya-roja, para posteriormente, dirigirse a la iglesia, donde se representó el auto sacramental Vallibona i Penya-roja, pobles germans. A continuación, y sobre las ocho de la tarde, peregrinos de ambos pueblos se dirigieron a la ermita de La Mare de Deu de la Font donde se celebró la tradicional misa en la que se ofició la plegaria de acción de gracias, renovando los votos que sus antepasados hicieron a la Virgen hace 600 años. A la salida, más de 1.000 personas compartieron una cena de hermandad y fiesta popular que se prolongó hasta bien entrada la noche. Muchos romeros durmieron en hogares de Penya-roja. Hoy está prevista la devolución de las varas y el guió y la vuelta a Vallibona, aunque en esta segunda jornada numerosos romeros optarán por el coche. La llegada a Vallibona está prevista a las siete de la tarde hoy.

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