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El regreso a la pintura de Victoria Gil

Es extremeña, pero desde hace 15 años vive en Sevilla, adonde vino para estudiar Bellas Artes. Se llama Victoria Gil, tiene 34 años y acaba de ganar el Premio de Pintura Focus 1997 con Dama de día, galán de noche, un óleo de intenso colorido que combina elementos figurativos y abstractos. El premio, al que se presentaron 362 obras -más que en convocatorias anteriores-, fue otorgado por un jurado del que formaban parte la pintora Carmen Laffón; José María Luzón, ex director del Museo de Prado; Juan Miguel Serrera, antiguo responsable de la sección de pintura española del mismo museo, el catedrático de Arte Enrique Valdivieso, y la ganadora de la edición anterior, Mercedes Carbonell. El cuadro galardonado, de dos por dos metros, está inspirado en una instalación del norteamericano Walter de María, que se exhibe en la Dia Art Foundation de Nueva York. "Es una habitación con tierra. Yo he llenado la habitación de vegetación y plantas de maría ", dice la autora de la obra, premiada con dos millones de pesetas. El nombre es un juego de palabras. "En Badajoz, a la dama de noche la llamamos galán de noche. El título es también un juego de palabras sobre el género", añade. Convencida de que la función del arte es transformar la sociedad, Victoria Gil ha querido hacer en este óleo una defensa de la arquitectura ecológica. "Creo que es posible integrar la arquitectura en la naturaleza". Aunque joven, ya ha realizado varias exposiciones individuales, la última, L-una -una selección de pinturas, esculturas e instalaciones- montada recientemente en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla. Comenzó a exponer de forma profesional en 1985 cuando estaba estudiando en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla: la Casa de Cultura de Mérida exhibió Las antenas del mundo. Málaga, Hamburgo, Cuenca, Madrid, Alicante y Nueva York serían sus siguientes destinos expositivos. En la ciudad norteamericana, donde ha pasado algunas temporadas, Helene Salpenter, directora de la editora gráfica Permanent Press, le editó Houdina, una serigrafía sobre metal que fue adquirida por el Museo de Arte Moderno neoyorquino. "Se trata de una intervención sobre un póster del mago Houdini titulado El rey de las esposas. Modifiqué la imagen y el sexo, convirtiéndolo en reina. Era una manera de denunciar el contenido sexista de muchos vocablos y anuncios, los valores impuestos socialmente", explica. El cuerpo humano, el feminismo y lo engañoso de la publicidad han sido los temas sobre los que más ha trabajado, aunque también le gusta manipular objetos -artefactos los llama ella- que encuentra en mercadillos. La artista, que también ha diseñado vestuarios de teatro, como el de Nosferatu (una obra sobre texto de Francisco Nieva de la compañía El Traje de Artaud), quiere seguir pintando. "Empecé investigando en otras disciplinas porque con la pintura era más difícil acceder al mercado Ahora quiero seguir pintando, en la línea de este último cuadro, aunque no tengo ningún estilo definido", afirma. El jurado, del que que también fue miembro el catedrático de Historia del Arte Vicente Lleó, concedió menciones especiales a cuatro de las 47 obras finalistas. Son: Paisaje cambiante, de Antonio Rojas Peinado; Gas, de Manuel Martínez Vela; Marat, de José María Larrondo, y Emblemas del 90 al 105, de Inmaculada Gómez-Álvarez. Las obras seleccionadas se exhiben en la sede de la fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus), el hospital de los Venerables, hasta el próximo 7 de junio.

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