Miedo a los tribunales

"Los empresarios se sienten desprotegidos frente a los huelguistas porque en la regulación del derecho a huelga las cosas van bastante lejos y resulta difícil ponerle trabas", asegura Jaime Fernández, director de la Federación del Metal de Vizcaya, recurriendo a un ejemplo reciente. La negociación del convenio del Metal para el trienio 1997-2000 es el último episodio conflictivo que ha vivido este sector. Comisiones Obreras y UGT ratificaron el acuerdo, frente a la oposición de ELA y LAB, que convocaron tres huelgas el pasado año. "En la última huelga sectorial los piquetes entraron en empresas que ni siquiera estaban afectadas por el convenio colectivo. Los sindicatos van bastante más allá de lo que es razonable", subraya Fernández, en sintonía con el autor del El empresario ante la huelga. En el capítulo dedicado a los delitos en que puedan incurrir los huelguistas, el autor reproduce varias sentencias del Tribunal Supremo, ratificando los despidos de varios trabajadores por haber incitado a los clientes a no comprar en su empresa y por atravesar su coche en la entrada para impedir el acceso de la plantilla. Para llevar a buen puerto las denuncias, Encinas recomienda a los empresarios recabar el mayor número de pruebas posibles de los hechos delictivos. En caso contrario, "se expone a sufrir consecuencias, no sólo en su relación laboral, sino, también con las propias autoridades que intervengan", advierte. Sin embargo, desde la realidad, no basta contar con pruebas para llegar a los tribunales, señala Jaime Fernández. "Hay temor en los empresarios a meterse en procedimientos judiciales", asegura el director de la Federación Vizcaína del Metal. Durante los últimos paros del sector, varios empresarios grabaron en vídeo los destrozos que ocasionaron unos piquetes, una iniciativa que recomienda el manual El empresario ante la huelga, pero que nunca llegará a los tribunales. "Ningún empresario está tan loco como para meterse con los sindicatos", subraya Fernández.