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Desarticulada una red de prostitución y tráfico de inmigrantes en Valencia

La estrategia, no por conocida, es menos efectiva: se seduce a mujeres del Este de Europa con falsas promesas sobre dignos puestos de trabajo para luego, una vez lejos de la miseria que sufren en su país, forzarlas a prostituirse a cambio de paupérrimos salarios y frecuentes palizas. La policía ha desmantelado una red especializada en ese negocio que actuaba en Valencia. La operación se cierra, de momento, con 32 detenidos, seis miembros del grupo y 26 mujeres, muchas húngaras y todas de residencia ilegal en España.

La investigación que ha concluido con la desarticulación de este grupo delictivo empezó, siempre, según un portavoz autorizado del Cuerpo Nacional de Policía, el pasado mes de noviembre, hace ya medio año. Entonces, una operación rutinaria practicada por las fuerzas de seguridad en diversos locales de alterne de Valencia se saldó con la detención de varias mujeres, todas ellas extranjeras, y la obtención de indicios que apuntaban a la posible existencia de una red ubicada en Valencia y dedicada al tráfico y prostitución de inmigrantes ilegales. Las consecuentes pesquisas permitieron identificar a cuatro ciudadanos húngaros, el cabecilla de la trama y sus tres principales colaboradores, y localizar dos pisos en los que, supuestamente, la organización recluía a las mujeres traídas desde Hungría, principalmente, y otros países de Europa. La vigilancia a la que fueron sometidos los cuatro sospechosos -Bela N., de 35 años, Gabor H., de la misma edad y Laszlo Istvan B. y Balog B., ambos de 33 años- permitió confirmar la existencia de la red, de funcionamiento similar al de otras organizaciones de este corte. De hecho, los detenidos, a los que se une la mujer de Bela N., Isabel M. C., de 34 años, utilizaban sus dos pisos para alojar a las mujeres a las que prostituían en varias casas de citas del centro de Valencia. Diariamente, y con la caída de la tarde, trasladaban a sus víctimas desde sus residencias a sus puestos de trabajo en una furgoneta de gran capacidad.Con el cierre de los locales, las transportaban de nuevo a sus casas. Ceremonia La ceremonia se repetía a diario, sin posibilidad de que las mujeres visitaran cualquier otro lugar. La estrecha vigilancia a la que se sometió a los supuestos delincuentes finalizó con una comunicación de la Interpol. La policía transfronteriza trasladó a sus colegas españoles que las fuerzas de seguridad húngaras buscaban a una compatriota que podría estar siendo prostituida en España, como así era. A partir de esta orden, la policía efectuó varios registros en los locales en los que ya intervino el Grupo de Extranjería del cuerpo. Las redadas concluyeron con la detención de 26 mujeres de entre 33 y 18 años de edad, la mayoría de nacionalidad húngara y algunas de otros estados del este de Europa o Sudamérica. Un día después se procedió al arresto de los cuatro ciudadanos húngaros y de Santiago C. G., de 49 años, el propietario de uno de los establecimientos en los que se desarrolló la operación. A tenor de las declaraciones de las detenidas, la policía imputa al empresario la comisión de un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores. El responsable de otra de las casas de citas, Antonio M. C., de 49 años, no fue localizado, pero compareció poco después, voluntariamente, en el Juzgado de Instrucción número 3 de Valencia, encargado del caso.

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